Unos 3.300 kilómetros separan Bilbao de Kiev, pero en un mundo globalizado la distancia física no lo es todo porque lo que ocurre en una parte del mundo hace tambalear, en mayor o menor medida, al resto del planeta. Así lo hemos comprobado con la crisis derivada de la pandemia que ha acarreado, a su vez, la falta de suministros y problemas logísticos en la distribución de ciertos productos. Y si a esa economía ya dañada le sumamos problemas logísticos, como el hecho de que un barco portacontenedores atascara el Canal de Suez, tenemos la tormenta perfecta. Por ello, aunque Ucrania no sea una potencia mundial, ni un país tractor, ni una econ
La guerra de Ucrania y sus consecuencias están impactando directamente en nuestras empresas. Hemos entrado en otro periodo de turbulencias y las instituciones se aprestan a tomar medidas para hacer frente a la compleja situación por la que atravesamos. La realidad es que los sectores empiezan a acusar el golpe en sus carteras de pedidos, facturación y empleo, aunque todavía se confía en poder salvar el semestre. Ante esta realidad, las autoridades económicas se han visto obligadas a actualizar sus previsiones de crecimiento; es decir, a moderarlas. Y los problemas que se han dado por el paro en el sector del transporte no hacen si no agra