Los buenos resultados obtenidos en 2015 han sido para el sector financiero la mejor pomada para calmar el escozor provocado por un entorno competitivo inédito y enormemente exigente, caracterizado por los tipos de interés más bajos y los márgenes más exiguos de la historia de la banca, que en 2015 ha protagonizado batallas por el crédito ‘low cost’ o las comisiones de los cajeros.Después de varios años sometido a la presión de realizar saneamientos de balance como consecuencia de la morosidad crediticia, reestructuraciones y pérdidas de valor de activos adjudicados, el sector bancario encauzaba el año 2015 en una situación de clara mejoría
Con las bodegas llenas de liquidez, los bancos se decidieron por fin a salir de la cueva en 2015, con unas enormes ganas de vender crédito, generándose un gap financiero negativo –más oferta que demanda- que, no obstante, fue limando distancias conforme avanzaban los meses, se verificaba la reducción de la morosidad y se restablecía la confianza, suavizándose también las condiciones de los préstamos.En la senda de la recuperación económica, en 2015 las empresas empezaron a reencontrarse con un panorama financiero que tenían casi olvidado: liquidez en el mercado y bancos y organismos públicos ávidos de prestar, a un precio en torno a un 3% m