La cultura de patentar las innovaciones no terminar de cuajar en Euskadi. Se desarrollan muchas investigaciones, nuevas tecnologías y nuevos productos, pero no se patentan y las estadísticas muestran que, año tras año, la cifra de solicitudades desciende, cuando es un elemento capital para sobrevirir en la economía global.Las patentes constituyen el mejor vehículo para proteger los descubrimientos propios, las nuevas tecnologías y los nuevos desarrollos. El número de solicitudes de patentes, junto con el de las solicitudes de diseño industrial, de modelos de utilidad y de marcas, se considera un indicador del dinamismo de la I+D+i de un ter
Una agencia de propiedad industrial no debería ser una especie de ventanilla en la que uno pide una patente como quien pide una docena de huevos, se la redactan, se la presentan, le cobran y adiós. A partir de entonces, a asumir que la solución desarrollada ‘está patentada’ y a asumir el peaje de enfrentarse a un goteo de facturas. La protección efectiva de la innovación requiere un planteamiento mucho más serio y eficaz. Cuando a un agente de patentes un cliente le plantea “quiero que me patente esta invención”, la respuesta de este no debería ser simplemente “de acuerdo, lo tendrá en tanto tiempo y le costará tanto”. Creo que como agentes
