Vivimos un momento interesante, una situación en la que existe mayor demanda de talento del que el sistema educativo puede proporcionarnos. Vivimos un momento en el que aparecen nuevas profesiones y se necesitan nuevos perfiles que hace años no imaginábamos y que a día de hoy necesitamos para proporcionar soluciones a nuestros clientes. Añadido a esto, nos encontramos con nuevas generaciones (ahora millennials y en breve recibiremos a la generación Z) que tienen otras expectativas y necesidades muy diferentes a las que se tenían hace años. Una prueba de ello es que el salario emocional tiene mucha más importancia de la que tenía hace años.
Las organizaciones afrontan el reto del desarrollo empresarial en un entorno cada vez más exigente, globalizado y competitivo. Por ello, necesitan basar su gestión en un plan estratégico que les permita asegurar sus resultados. Los clientes deben saber todo lo necesario para que indistintamente del tamaño, sector o actividad de la organización, se puedan diseñar las estrategias más adecuadas a los intereses y objetivos de la empresa y establecer tanto la visión, misión y valores corporativos como la mejora de los procesos y de la gestión general de la organización a través de una estrategia empresarial global. En este contexto, resulta de
