La música sacra regresó a Bilbao con la 18ª edición del BAS

El alcalde, Juan Mari Aburto, y el concejal de Cultura y Gobernanza, Gonzalo Olabarria, asistieron al primer concierto de BAS-Bilbao Arte Sacro, celebrado en la Sociedad Filarmónica.

El alcalde Juan Mari Aburto, y el concejal de Cultura y Gobernanza, Gonzalo Olabarria, acudieron al concierto ‘Christ ist erstanden’, a cargo del Ensemble Diderot, que abrió el ciclo BAS-Bilbao Arte Sacro, organizado por el Ayuntamiento de Bilbao, bajo el título ‘Ahots zerutiarrak-Divinas voces’.

Esta edición del BAS incluyó cinco conciertos en los días previos a la Semana Santa, a cargo de intérpretes locales e internacionales. El ciclo se abrió con ‘Christ ist erstanden’, en el que la mezzosoprano canadiense Andrea Hill, ofreció al público un repertorio con obras de Johann Pachelbel y Heinrich Ignaz Franz Biber dedicados, a la música alemana para Pascua.
Un concierto diario
La siguiente actuación fue la de Nordic Voices, formación vocal a capella procedente de Oslo (Noruega), con el concierto titulado ‘Lamentation-Consolation’. En la segunda parte, ‘Consolation’, se pudo escuchar música de dos de los más grandes compositores de su tiempo, Heinrich Schütz y Tomás Luis de Victoria, además de obras de compositores de música contemporánea de Noruega.
La programación de BAS continuó con el concierto de la prestigiosa formación portuguesa Ludovice Ensemble –Eduarda Melo soprano, Sofia Diniz, viola de gamba y Fernando Miguel Jalôto órgano- titulado ‘Tenebrae factae sunt’, con un repertorio en el que destacan obras de Michel-Richard de Lalande, uno de los compositores franceses más grandes de todos los tiempos. Le siguió ‘¡Furor Sacro! Pasión y éxtasis en la música sacra del Barroco’ con la formación Propitia Sydera, junto con María Espada (soprano) y Pedro Gandía Martín (violín y dirección).
La programación se cerró con la formación Les Arts Florissants y su concierto ‘Leçons de Ténèbres’ (Lecciones de tinieblas para el Miércoles Santo) para una y dos voces de François Couperin. Interpretaron una ceremonia comúnmente llamada ‘Tinieblas’, que es una liturgia propia de la Semana Santa: el oficio de maitines del miércoles, jueves, viernes de la semana anterior a la Pascua se celebraba en la oscuridad de la noche, en el que las velas se apagaban gradualmente a medida que amanecía durante esta larga vigilia.

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