"De la épica a la realidad hay un gran trecho"

Como era de esperar el grueso del discurso del presidente del Gobierno español y de los dirigentes políticos en el debate del estado de la nación se centró en los temas económicos. Más allá del rifi-rafe habitual entre el ejecutivo y la oposición, o de las apelaciones grandilocuentes a que ya estamos en la senda de salida de la crisis, las grandes propuestas presentadas por el presidente Rajoy: reducir impuestos y cargas para incentivar el empleo y la economía, van en la buena dirección, pero son escasas y con cierto alcance electoralista. La llamada ‘tarifa plana’ de cotizaciones a la Seguridad Social de 100 euros para nuevos contratos indefinidos está muy lejos de ser el “impulso más importante a la creación de empleo de nuestra historia”, aunque está bien encaminada por dirigirse a los contratos indefinidos. Va a haber empresas que se puedan acoger a ella, las que ya tenían decidido contratar, pero no habrá compañías que se lancen a emplear más personas por esta rebaja. Decidir una contratación es algo más complejo y está asociado a la mejora de los pedidos y de la facturación. Otra propuesta fue la eliminación del IRPF para las rentas inferiores a 12.000 euros, un anuncio que puede sonar bien, pero que en la práctica tendrá una incidencia escasa, ya que la recaudación fiscal proviene, en su gran mayoría, de los ciudadanos con ingresos medios y de otros impuestos directos. Si lo que se quería era dejar más dinero en manos de los ciudadanos podía haber habido un retoque a la baja del IVA, que sí es un impuesto menos equitativo. Lo dicho, en la buena dirección, pero lejos de poder considerarse anuncios épicos.

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