"Alternativas al Black Friday: sostenibilidad, identidad y valor"

Beatriz López, directora de BcomeDigital

Beatriz López, directora de BcomeDigital.

Cada año, con la llegada del Black Friday, el pequeño comercio se enfrenta a la misma disyuntiva: sumarse a una dinámica global de descuentos o mantener su modelo basado en el valor. En un entorno en el que las grandes marcas pueden asumir campañas agresivas, las micropymes corren el riesgo de competir en un terreno que no les favorece.

El modelo del descuento permanente reduce la rentabilidad y debilita el sentido de identidad del comercio local. Compite en precio, cuando su fortaleza reside en la relación con las personas, en la confianza y en la experiencia de compra. Apostar por el valor requiere estrategia, coherencia y una cultura organizativa capaz de sostener esa visión a largo plazo.

Según el Barómetro del Comercio Minorista 2024 de Gobierno vasco, apenas un 27,2 % de los comercios participa en el Black Friday, aunque el porcentaje asciende al 56 % en sectores como moda o belleza. En los negocios más pequeños, la cifra cae al 21,5 %. Estos datos reflejan una realidad evidente: el 95 % del comercio vasco, formado por micropymes, no dispone de los márgenes que permiten a las grandes cadenas asumir rebajas continuadas.

Por eso, más que seguir el calendario global de descuentos, el comercio local necesita reforzar su identidad de marca y sus valores. Existen alternativas que demuestran que otra forma de competir es posible. Algunas tiendas celebran Green o Fair Friday, que transforman la fecha en una oportunidad para promover la sostenibilidad o apoyar causas sociales. Otras crean narrativas propias, como White o Color Friday, que aportan identidad y originalidad frente a la saturación. También hay quienes apuestan por la exclusividad en lugar de la rebaja, con ediciones limitadas, detalles especiales o experiencias diseñadas para fortalecer el vínculo con su clientela.

El futuro del retail pasa por construir relaciones que generen valor más allá del precio. Una cultura que refuerce la autenticidad, la cercanía y el propósito de cada marca. Cuando el comercio local se reconoce como parte viva de su comunidad, su propuesta trasciende la transacción y se convierte en una experiencia con sentido. 

Trabajemos por convertir los puntos de venta en lugares donde se viven experiencias que dejan huella. Espacios que inspiren, conecten y fortalezcan el tejido social de nuestras calles. Porque ahí reside el verdadero valor del comercio: en seguir siendo parte de la vida cotidiana de las personas.

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