Las sociedades occidentales de nuestro entorno, las que han hecho causa común en torno a la transición energética y la descarbonización de la economía, tienen ante sí el enorme desafío de encarar un cambio de modelo. Pasa, entre otras cosas, por maximizar la eficiencia, sustituir sus fuentes de energía por otras menos contaminantes, captar las emisiones de gases de efecto invernadero y hacerlo todo con el objetivo de integrar al conjunto de la ciudadanía, transformando la industria existente y, por qué no, aprovechando la oportunidad para desarrollar nuevas actividades generadora de empleo y bienestar. En esta evolución, la electrificaci