El futuro de Europa pasa por luchar por una Europa social y por una Europa ecológicamente sostenible y transversalmente feminista. Una Europa que respete los derechos de todas las personas y los derechos de los pueblos que la conforman. Una Europa así sería revolucionaria. Y, sin embargo, formulada así, actualizada a la inminente tercera década del siglo XXI, no está tan lejos de lo que antifascistas como Altiero Spinelli, aceptado por la actual arquitectura europea como uno de sus ‘padres fundadores’ y cuyo nombre contempla toda aquella persona que se acerque hoy a la entrada principal del Parlamento Europeo en Bruselas, imaginaron hace mu
La Unión Europea es la iniciativa de paz más importante y exitosa de la historia. Un espacio de seguridad y prosperidad sin parangón en el mundo, en el que, sin embargo, queda mucho por hacer. En los últimos tiempos vemos que los populistas, euroescépticos o grupos antisistema detectan problemas importantes que preocupan a los ciudadanos, pero dan a las mismas respuestas irracionales o que resultarían catastróficas a la larga. Algunos cuestionan la razón de ser de la Unión Europea, la legitimidad de sus instituciones, y nuestra capacidad para responder a los desafíos más apremiantes que nos amenazan. Por este motivo, las elecciones europea