GUÍA DE LA INNOVACIÓN EN EL PAÍS VASCO 2023 “Zabalgarbi cierra el ciclo en materia de residuos y, al meter la energía en la ecuación, el círculo es perfecto”, Mikel Huizi, director general de Zabalgarbi

Mikel Huizi, director general de Zabalgarbi. Foto: Zabalgarbi

En 2015, Zabalgarbi, la planta de valorización de residuos de Bizkaia, cumplía 10 años convertida ya en “un referente internacional” de la gestión de los residuos y en “un exponente tecnológico de vanguardia a nivel mundial”, como expresó su director general, Mikel Huizi, en la celebración del aniversario. Para ese año, la compañía ya había dado solución a 2,5 millones de toneladas de residuos no reciclables, consiguiendo reducir en un 175% las emisiones de gases de efecto invernadero que hubieran originado si se hubieran depositado en los vertederos. El ejercicio de su siguiente aniversario redondo, el 2020, lo comenzó con una operatividad de más de 8.035 horas, una de las más elevadas entre las cerca de 550 plantas de valorización energética de Europa y, en 2022, recibió la tonelada cuatro millones de residuos no reciclables. Huizi destaca, en este sentido, que “hemos valorizado una cantidad de residuos equivalente a llenar siete veces el estadio San Mamés” aunque afirma que, dejando las cifras a un lado, “el mayor proyecto que tenemos es acercar Bizkaia a su objetivo final de vertido cero”, para lo que “la innovación es esencial”.

¿En qué situación se encuentra actualmente Zabalgarbi?
Zabalgarbi sigue siendo la planta de valorización energética de residuos de Bizkaia, dando respuesta a aquella fracción del residuo que ya no tiene un valor material, que no ha sido posible reutilizarla, dándole ese último valor energético mediante la incineración. Continuamos en ello después de 18 años con un éxito importante porque la gestión del residuo en Bizkaia va alcanzando todos los objetivos que tanto las directivas europeas, como la legislación estatal, van señalando. En este sentido, estamos dentro del cumplimiento del Plan Integral de Residuos de Bizkaia y ajustándonos al Plan de Residuos de Euskadi, que se aprobó también el año pasado. Con lo cual, estamos satisfechos en cuanto a la evolución de una planta que ya tiene sus 18 años y que cumple con las expectativas para las que fue levantada.

Y que, además, sigue ampliando sus líneas de actividad, con la reciente puesta en marcha de la estación de Gas Natural Comprimido (GNC).
Es cierto. Es conocido que Zabalgarbi tiene una peculiaridad frente a las 550 plantas de valorización energética que hay en Europa. Es una planta peculiar fruto del primer Plan de Transición Energética que se lanzó desde el Gobierno vasco y que combinó, en este caso, la valorización de los residuos a través de un ciclo combinado o consumo de gas. Entonces, y aprovechando que tenemos un gas en unas condiciones excepcionales, entendíamos que podíamos encajar muy bien en la descarbonización del transporte, ofreciendo un servicio de suministro de GNC. Es un servicio abierto a toda la ciudadanía y empresas, pero fundamentalmente dirigido a los ayuntamientos o entidades locales que renuevan sus camiones de recogida de residuos. Estamos muy satisfechos porque de esta forma contribuimos también a la descarbonización, mejorando el servicio que prestamos a la comunidad.

Hemos invertido 15 millones en innovación, tanto orgánica como inorgánica, en los últimos cuatro años y seguiremos aumentando esta cifra”

Además de este proyecto, ¿cuáles destacaría de los desarrollados en los últimos años?
En 2019 decidimos crear una dirección exclusiva de proyectos, que empezó con el de la estación de GNC, y que poco a poco vamos lanzando. Ahora mismo tenemos 10 proyectos de gran, pequeña y mediana escala en marcha. Nuestro 'proyecto estrella' de 2023 ha sido la puesta en marcha del nuevo Filtro de Mangas, que hemos diseñado y construido. Con él, reducimos significativamente las emisiones de partículas y los mantenimientos a realizar para que las emisiones se mantengan en valores muy bajos (se estima una reducción del 50% en partículas, así como una reducción simultánea en los metales pesados y en las dioxinas y furanos). Este proyecto lo hemos ejecutado con Tamoin, Defisa y Recamlaser, bajo la supervisión de los trabajos por parte de Sener. Esta ejecución ha supuesto una inversión de siete millones de euros. También es destacable el proyecto que hemos denominado Turbina Fría, con el que, haciendo algunas mejoras puntuales, hemos logrado reducir hasta un 40% el consumo de gas en nuestros procesos productivos. Para tratar de reducir hasta un 90% del consumo de gas, estamos buscando nuevas formas de sobrecalentar el vapor procedente del horno-caldera donde valorizamos el residuo; también hemos optimizado y digitalizado nuestro sistema Denox para reducir en más de un 30% el NOx generado en la combustión, así como un sistema de microexplosiones para limpiar el horno y las paredes donde se pueden producir adherencias o no circular correctamente el calor de la incineración...

¿Qué inversión han supuesto todas estas acciones?
Estaríamos hablando de unos 15 millones de euros de inversión, tanto en lo que serían mejoras de la planta como en pura innovación dentro de la misma.

Siendo la innovación el componente en común de todas las iniciativas, ¿qué supone este aspecto para Zabalgarbi?
Efectivamente, como comenta, se trata de proyectos de innovación en todos los casos, tanto orgánica como inorgánica. Y es que la innovación es esencial para alcanzar nuestro objetivo de mantener un servicio esencial para la comunidad, lo que venimos haciendo con éxito desde hace 18 años, y ser referentes en materia de sostenibilidad. Y es por donde vamos a seguirtrabajando para que nuestros hijos, nietos, etc. vivan bien; a ser posible, mejor que nosotros. Porque ese es el objetivo, esa es la clave del concepto de sostenibilidad, y trabajamos en ello con transparencia, con integración social y, sobre todo, con cuidado del medio ambiente: la E, la S y la G (siglas, en inglés, del compromiso social, ambiental y de gobernanza de las compañías).

Ya que cita el aspecto social, ¿cómo afronta la compañía la carencia de suelo para levantar nuevas infraestructuras de gestión de residuos, precisamente por la contestación social negativa que estas generan?
Pues fundamentalmente con mucha paciencia e intentando, con transparencia, demostrar que no ocurre nada de lo que los malos augurios quieren hacer ver en este estilo de infraestructuras. Yo creo que la perspectiva debería cambiar. Es decir, nosotros hemos valorizado energéticamente una cantidad de residuos equivalente a llenar siete veces el estadio San Mamés, sin hacer milagros ni engañar a nadie... De no ser así, ¿dónde hubiésemos metido tal volumen de residuos? ¿qué impacto ambiental habrían causado en nuestro entorno?

Nuestro 'proyecto estrella' de 2023 ha sido la puesta en marcha del nuevo Filtro de Mangas, que hemos diseñado y construido”

Esto supone más de cuatro millones de toneladas de residuos no reciclables durante estos 18 años y, además, el volumen de residuos que tratan crece anualmente. Además, me comentaba que poco a poco van expandiendo su radio de actividad a toda Euskadi. ¿Planean ustedes ampliar o construir nuevas instalaciones?
No, en principio no lo tenemos previsto. Creemos que adecuando bien todos los procesos innovadores dentro de lo que es la fábrica, nos podremos adaptar a futuras necesidades. Sí que habrá que hacer nuevas cosas, pero quitando otras. Respecto a la expansión, el desgraciado accidente del vertedero de Zaldibar, así como toda la nueva legislación en materia de residuos a nivel estatal, regional y local nos ha puesto en esa tesitura. Se nos ha requerido ver qué capacidad tenemos para poder gestionar esos residuos, y poco a poco vamos avanzando en atender esa demanda, sin dejar de ser competitivos.

El aspecto normativo que comenta, ¿de qué forma afecta a la actividad de Zabalgarbi?
Somos los primeros cumplidores de la ley, y lo hacemos de forma escrupulosa, como reflejan nuestros informes ambientales anuales, a los que tiene acceso toda la ciudadanía. Además, tenemos a la parte pública en nuestro accionariado, máxima garante en el cumplimiento normativo. Asimismo, como le decía, es nuestro objetivo estratégico actuar bajo criterios de sostenibilidad a través de nuestra buena gobernanza, nuestro carácter social y nuestro cuidado al medio ambiente. Ello pasa evidentemente por que tengamos transparencia absoluta y cumplimiento total de la legislación.

En materia de residuos, vamos a aprovechar todo, sin verter nada, y a olvidar el tema de la ‘basura’. Hay que hablar más de residuo”

Efectivamente, lo llevan haciendo durante más de 18 años y, ya prácticamente en uno, celebrarán su 20 aniversario. ¿Qué retos se marcan para entonces?
Pues, realmente, un año pasa volando, así que los mismos retos que venimos comentando durante la entrevista, así como los que van surgiendo por el camino. El mayor proyecto que tenemos, yo lo vengo diciendo, es acercar Bizkaia a su objetivo final, que es el vertido cero. Esta tierra la tenemos que cuidar entre todas y todos, y nosotros somos parte de los cuidadores de ese gran proyecto. En materia de residuos, vamos a aprovechar todo, sin verter nada, y a olvidar el tema de la ‘basura’. Hay que hablar más de residuo, incluso de recurso, porque se trata de materia prima, circularidad... y nosotros somos los encargados de cerrar el círculo en materia de residuos, que en realidad son un recurso más para la generación de energía.

LA MOCHILA

1. Personas, como elemento central. 

2. Proyectos ambiciosos y amables con nuestra tierra. 

3. Ilusión por participar en la mejora de nuestro entorno, generando riqueza dentro de una economía circular.

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