Esta visto que el presidente Trump no nos va a dejar tranquilos ni en vacaciones. Acaba de anunciar un arancel de ‘sólo’ el 30% para la UE, independientemente de los aranceles sectoriales (50% para el acero y el aluminio y 25% para el automóvil), que entraría en vigor el 1 de agosto. Una decisión preocupante, pero ahora, tras comprobar sus erráticas e impredecibles actuaciones anteriores, solo sirve para incrementar la incertidumbre por el resultado final. 

Desde abril, desde las famosas tablas de los aranceles, Europa está preparada para ofrecer una respuesta inteligente y firme. La llamada doble vía: continuar negociando hasta el 1 de agosto y tener preparada una batería de contramedidas. En este sentido, la UE tiene en pausa un primer bloque por un valor similar al daño  que podrían causar los aranceles ya impuestos, por un montante de 21.000 millones de euros. Y tiene preparado otro segundo bloque por valor de 100.000 millones de euros. Además de buscar nuevas alianzas comerciales con otros socios fiables y relevantes.
No hay que olvidar que la UE es el principal bloque comercial del mundo, una de las regiones más abiertas al comercio y la inversión  a través de reglas aceptadas por todos. Pero, Trump, no está cómodo en este escenario y con sus decisiones considera a Europa más como un rival comercial que como un aliado geoestratégico. De materializarse la imposición de los aranceles anunciados, sería una auténtica catástrofe para todos.

A la hora de cerrar esta edición, todavía no se puede augurar el desenlace de esas negociaciones. En el caso del País Vasco, están en juego 2.000 millones de euros en exportaciones al país norteamericano. Una escalada que se ve con preocupación y, por ello, se van a alinear y activar todas las capacidades de Euskadi para defender la industria y el empleo, a la espera del resultado. Veremos si los responsables institucionales pueden descansar, porque lo de desconectar y no atender al móvil va a ser harto complicado estos
días, otrora de asueto.