Unas cuentas para aportar certidumbre

Se acaba de conocer el proyecto de presupuestos para el próximo año. Unas cuentas que intentan aportar algo de certidumbre en un panorama incierto a nivel global y en un contexto de desaceleración. Pero, aún así, en el caso vasco, la situación de partida no es dramática: se estima que el PIB de Euskadi recuperará este año todo lo perdido durante la pandemia, alcanzando los 84.000 millones de euros; el crecimiento será del 4,3% y del 2,1% para 2023; y este ejercicio la inversión en I+D llegará al 2,2% sobre el PIB, situándonos en la media europea. En este escenario, las cuentas vascas del próximo ejercicio superarán, por primera vez, los 14.000 millones de euros y serán expansivas y anticíclicas, para seguir apoyando la reactivación económica y la generación de oportunidades de empleo. Además de los programas para hacer frente a la coyuntura, tres cuartas partes de los recursos se destinan a las partidas sociales, al tiempo que se incrementan las relativas a inversión e innovación. Globalmente la inversión pública crece cerca de un 15%, hasta superar los 1.800 millones de euros. Y en el caso del presupuesto de I+D+i se aumenta un 12%, con 658,4 millones repartidos entre diferentes departamentos, que son 70,6 millones más que en 2022. En definitiva, unos presupuestos que intentan concretar una gestión económica responsable, para tratar de aportar certidumbre y recursos en lo urgente y en lo importante.

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