Tabakalera presenta ‘That time’, su ‘expo’ más grande

Los comisarios Miriam Alzuri, Conservadora de Arte Moderno y Contemporáneo del Museo de Bellas Artes y Oier Etxeberria, de Tabakalera, junto a los directores de los centros. Foto: Tabakalera

El centro internacional de cultura contemporánea Tabakalera de San Sebastián ha inaugurado ‘That time’, la muestra más grande en su sede y que toma como punto de partida la colección del Museo de Bellas Artes de Bilbao, temporalmente desplazada y desplegada en Tabakalera, con un centenar de obras que proponen un singular relato sobre el arte y la memoria, junto a tres piezas creadas para la muestra por Ainara LeGardon, Jorge Moneo e Ilke Gers, en un recorrido distribuido en 1.500 metros cuadrados de la primera planta del edificio.
El título de la muestra proviene de la pieza teatral de Samuel Beckett ‘That Time’ , en la que el poeta y dramaturgo irlandés hace intervenir, cruzándolas, a tres voces humanas que remiten a tres momentos distintos de la vida del protagonista: la voz de la juventud, de la madurez y de la vejez. 

Recorrido circular
De manera similar, la muestra se articula, en un recorrido circular a través de los espacios expositivos de Tabakalera, en tres ámbitos reflejados en tres voces que recrean el pasado (voz C), el presente (voz A) y el futuro (voz B), y sitúan al público frente a tres aspectos distintos del tiempo y de la historia de una colección. 
En el inicio de la exposición, once bustos escultóricos de autores y épocas distintas llaman la atención sobre el carácter memorial del retrato, que, frente a la fragilidad del mundo y de las cosas temporales, mantiene vivo el recuerdo del ausente, algunos de artistas como Francisco Durrio, Quintín de Torre, Josep Clará, Eduardo Arroyo. En la primera sala (voz C) obras de Vicente Ameztoy, Ibon Aranberri, Bonifacio, Marta Cárdenas, Juan Luis Goenaga, Susana Talayero o Cy Twombly recrean un tiempo pasado y arcaico −pero no concluido−. 
La segunda sala de la exposición (voz A) es la del tiempo presente, donde los imperativos de la sociedad tecnológica e industrial se manifiestan en la obra de numerosos artista, mientras que la última sala enfrenta al público a las incertidumbres del tiempo futuro a través de la voz B -la juventud- con obras de Txomin Badiola, Fernand Léger o Markus Lüpertz. 

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