"Los suministros traen de cabeza a la industria"

La industria es clave para la economía vasca. Las instituciones la quieren cuidar, impulsar y modernizar para que continúe siendo el motor del PIB. Su evolución es aceptable, mantiene inversiones en bienes productivos y desarrollos tecnológicos, pero hay nubarrones. La crisis de los semiconductores y los cuellos de botella en las cadenas de suministro a nivel global están afectando gravemente al sector industrial, en general, y a la automoción, específicamente. Fabricantes de ordenadores, electrodomésticos, máquinas, robots, controles numéricos o vehículos compiten en el mercado por abastecerse de un producto que está poniendo a prueba las eficientes cadenas logísticas y provocando el cierre temporal de fábricas e interrupciones en las líneas de producción y, con ello, reducciones en las previsiones de ventas. Uno de los sectores más afectados es, sin duda, el de la automoción, que depende en más de un 60% de fabricantes no europeos para abastecerse de microchips. Un contexto, además, en el que la estrategia ‘just in time’ limita la flexibilidad de los suministros en una situación de escasez como la actual. Panorama complicado a corto plazo porque la pandemia ha dejado al descubierto las debilidades de la capacidad de producción de elementos críticos en Europa. Se debe actualizar el listado de componentes estratégicos para no depender de proveedores no controlables.

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