“Liderazgo público para la transformación del tejido económico e industrial”

Pello Otxandiano, candidato a lehendakari por EH Bildu

Pello Otxandiano, candidato a lehendakari por EH Bildu Foto: EH Bildu

En los próximos años y décadas Araba, Bizkaia y Gipuzkoa van a tener que abordar la transformación de su sistema económico e industrial. El mundo avanza vertiginosamente hacia una economía digital y descarbonizada y no cabe permanecer ajenos a las enormes transformaciones que ya se están derivando de ese cambio de modelo.
Nuestro punto de partida como país no es catastrófico, pero es evidente que arrastramos las consecuencias de la renuncia del Gobierno vasco a impulsar una política industrial proactiva en esta última década. Los gobiernos de Urkullu se han dejado llevar por la inercia neoliberal, han dejado el liderazgo del desarrollo económico en manos del sector privado y lo ha apostado (casi) todo al fomento de grandes infraestructuras, un modelo caduco que descuida los ámbitos de desarrollo que son estratégicos en este momento histórico. ¿El resultado? La industria ha perdido peso y nos alejamos de las regiones europeas punteras en áreas clave como la I+D, al tiempo que el empleo, a pesar del descenso del paro, presenta problemas (precariedad, temporalidad) hasta el punto que muchas veces tener trabajo no evita el riesgo de pobreza.
Esa es la situación desde la que el tejido productivo de esta parte del país va a afrontar las transformaciones que se están produciendo en el seno de la globalización, la sustitución de fuentes fósiles de energía por renovables y el reto demográfico de una población envejecida. Ante ello, la apuesta pasa inexorablemente por transformar nuestro modelo económico e industrial y pasar a una economía digitalizada y circular impulsada por las energías renovables y, necesariamente, mucho más distributiva en cuanto a empleo y riqueza. Y ahí el papel de la Administración Pública no puede seguir siendo el de acompañar de forma acrítica al sector privado en sus apuestas estratégicas.
En este momento de grandes transformaciones el sector público tiene que coliderar las grandes apuestas de futuro de nuestro tejido económico e industrial. Tras largos años en que la colaboración público-privada se ha desequilibrado en favor de los intereses privados es hora de pasar a un modelo de colaboración equilibrado y responsable en el que el Gobierno vasco asuma un rol tractor de las transformaciones a realizar supeditando el interés particular a corto plazo al interés general a largo plazo.
La mirada estratégica del sector público, su intervención continuada para orientar la dirección de la transformación productiva, es una de las claves para una renovada política económica e industrial. Como también lo es articular, por fin, el Marco Vasco de Relaciones Laborales para modernizar nuestro mercado laboral según sus características propias y lograr una mejor distribución del empleo y la riqueza.
Y hay otras dos claves más para lo que debe ser la nueva política económica e industrial: la primera, una apuesta decidida por la renovación de nuestro sistema de conocimiento, reforzando la red vasca de ciencia, tecnología e innovación y la inversión en I+D; la segunda, el reforzamiento de nuestro sistema financiero potenciando el Instituto Vasco de Finanzas para avanzar en la creación de un sistema público que permita orientar el ahorro público hacia las necesidades sociales y la inversión productiva.

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