“La nueva reforma dejaría sin auditar a 4.000 empresas”
Juan Gomeza Garamendi, socio de Kreston Iberaudit
- Juan Gomeza Garamendi
- 01-Septiembre-2025

Juan Gomeza Garamendi, socio de Kreston Iberaudit.
Recientemente, el Gobierno ha propuesto modificar los criterios que obligan a auditar cuentas, elevando los límites y dejando fuera de esta exigencia a un gran número de empresas. Aunque a primera vista esta iniciativa parezca un alivio —menos trámites, menos costes— detrás de esa visión cortoplacista hay un riesgo que no deberíamos ignorar: confundir la auditoría con una carga burocrática. Porque no lo es.
La transparencia que ofrece una auditoría rigurosa permite tomar mejores decisiones y anticiparse a los riesgos. Protege frente a errores, fraudes o malas prácticas, y facilita el acceso a financiación o licitaciones. Pero, sobre todo, genera confianza en quienes toman decisiones clave alrededor de la empresa: entidades financieras, socios, inversores y organismos públicos.
Contrariamente a lo que algunos piensan, reducir el número de auditorías no ahorra costes a las empresas. Las expone. Eliminar esta supervisión puede debilitar los sistemas de control, lo que a medio plazo puede generar mayores gastos y riesgos que afectarían la continuidad y competitividad del negocio. ¿Qué ocurre, por ejemplo, cuando una pyme quiere acceder a financiación o participar en licitaciones públicas sin contar con cuentas auditadas? Lo tiene más difícil. Y eso tiene un coste.
El Gobierno estima que cerca de 4.000 empresas dejarían de estar obligadas a auditarse si esta reforma se aprueba. No es un dato menor. Es un retroceso que puede afectar a la calidad de la información financiera en nuestro país, a la lucha contra la economía sumergida y al buen gobierno corporativo.
En Kreston Iberaudit llevamos más de 30 años acompañando a empresas en toda España, con un equipo de profesionales que entiende de cerca los desafíos reales del mundo empresarial. Nuestra trayectoria nos ha enseñado que la auditoría marca la diferencia cuando se convierte en parte de la estrategia, no cuando se relega al cumplimiento mínimo. Por eso, en un momento en que se debate reducir su alcance, creemos que es el momento de reafirmar su valor. La auditoría aporta orden, visión y credibilidad. Es una decisión que fortalece.
Seguiremos al lado de quienes apuestan por hacer las cosas bien. Porque el compromiso con la transparencia no depende de una obligación legal, sino de una forma de entender el negocio.