La falta de personas, una gran preocupación

Las recientes encuestas de coyuntura realizadas por las organizaciones empresariales vascas han desvelado las expectativas de las empresas, sus previsiones y estimaciones. En general, no son malas las perspectivas para estos próximos meses o, al menos, así lo expresan las compañías consultadas. Y también hablan de sus preocupaciones que, como viene ocurriendo desde hace ya unos años, tienen que ver con el clima político y con las personas. Mejor dicho, con la falta de ellas. Uno de los principales quebraderos de cabeza de los gestores empresariales es, hoy en día, encontrar personas adecuadas para ocupar diferentes perfiles. Eso que se denomina talento cualificado. No son pocas las compañías que ven cómo les es cada vez más difícil cubrir determinados puestos o contar con candidatos para realizar un proceso de selección.

La generación, retención y atracción de talento es una de las líneas de trabajo de responsables institucionales, asociaciones sectoriales y mundo educativo. Se realizan campañas periódicas para buscar y despertar vocaciones, al mismo tiempo que se conocen cada vez más familias profesionales donde falta personal cualificado. Y esto parece que va a ser una constante, entre otros motivos, por la situación demográfica de nuestras sociedades cada vez más envejecidas.

A esto se suma una preocupación muy extendida por la falta de personal en relación con el absentismo laboral. Lamentablemente, en los ranking que se realizan sobre la materia, tanto por incapacidad temporal o como por cualquier otro motivo, Euskadi siempre aparece en los puestos de cabeza. Este es un problema grave, con un impacto directo sobre la productividad y los costes empresariales, que lastra su competitividad. Además, es un problema que no desciende y se agrava por la falta de reproche social ante las ausencias injustificadas. La responsabilidad de la administración, de las empresas y de los trabajadores es clave en la respuesta a estas cuestiones.

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