Josu Jon Imaz exige una descarbonización basada en la tecnología y no en la ideología

Josu Jon Imaz interviene ante la atenta mirada de Urko Odriozola, moderador y director de relaciones institucionales de Elkargi, y el presidente de CIE Automotive Antón Pradera. Foto: Elkargi

Competitividad, competitividad y competitividad. Esa triple premisa, en opinión de Josu Jon Imaz, es la única brújula que puede guiar a la industria europea en el complicado contexto geopolítico por el que atraviesa en la actualidad, que le lleva a perder competitividad cada día frente a EE.UU. y China. El CEO de Repsol y Antón Pradera, presidente de CIE Automotive, protagonizaron mediante una charla en Donostia la 11ª edición del ciclo Finanza organizado por Elkargi, en el que dibujaron un escenario mayoritariamente sombrío respecto al panorama económico que encara la UE. 
En las últimas semanas, sólo se habla de aranceles o de la seguridad europea, pero Pradera apuntó que es “más grave que Europa no existe. En los últimos años, se ha dedicado a legislar, pero no ha estado ahí para hablar de políticas de crecimiento reales”, añadió el presidente de CIE. Imaz completó esa radiografía con datos: “Hace 15 años EE.UU. tenía el 22% del PIB mundial y Europa el 21,6%. Hoy Europa tiene el 17%, igual que China, y EE.UU. tiene el 26%. Esto es porque año a año la productividad europea ha sido menor y ahora, sin el libre comercio, sin la seguridad que pagaban otros y sin el gas ruso, nos hemos quedado desnudos”. 

El CEO de Repsol analizó junto a Anton Pradera (CIE) en el 11º ciclo Finanza de Elkargi la competitividad de Europa en el actual contexto geopolítico

Y es que si bien no hay duda en dar por buenas las tres prioridades que Ursula Von der Leyen pone sobre la mesa, autonomía estratégica, bienestar social y sostenibilidad, el ejecutivo guipuzcoano recordó que “si no somos competitivos, nos va a costar mucho mantener el escudo social y ser sostenibles”.
Extorsión a la automoción 
En esa senda, denunció “la extorsión” a la que somete el esfuerzo regulatorio europeo al sector de la automoción, no dudó al afirmar que la medida de “prohibir el motor de combustión a 2035 es catastrófica y se va a revertir” y aseguró que “se están haciendo políticas de descarbonización basadas en la ideología, no en los datos, el sentido común ni la tecnología”. Ante ello, el CEO de Repsol apostó por “políticas industriales de descarbonización basadas en las fortalezas tecnológicas y en los recursos que tenemos”.

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