GUÍA DE LA INNOVACIÓN EN EL PAÍS VASCO 2023 "Euskadi Innovation Land"

Arantxa Tapia Otaegi, consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente

Arantxa Tapia Otaegi, consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente.

Durante la última década he manifestado, con convicción, que la Euskadi de hoy no se puede entender sin tener en cuenta a la industria como motor de la economía vasca. De hecho, junto con los servicios avanzados, supone el 40% del PIB. Un PIB per cápita que se ha multiplicado por 12 desde 1980.

La crisis nos ha golpeado con menos intensidad gracias a la fortaleza de una economía diversificada, respaldada por una industria que ha sabido renovarse y ver los cambios como oportunidades. Euskadi ha pasado de tener un 21,1% de paro en 1985 al 8% en 2022, pese a todas las crisis sobrevenidas. 

En 2012 nos encontrábamos afrontando una cuarta revolución industrial, producida por la automatización de los procesos industriales de la mano de las TICs y la electrónica. Definimos, junto con las empresas, cómo debía ser nuestra Fábrica Inteligente, la Basque Industry 4.0, sobre la que basar la producción industrial. Ahora, las empresas vascas son más sostenibles, más internacionales y mucho más innovadoras que hace una década: Euskadi es un “polo de excelencia”, por ser una región de alta innovación en un territorio de innovación moderada, (según el último Cuadro de Innovación Regional de la Comisión Europea 2023). Por segunda vez su rendimiento en innovación es superior a la media europea. Somos la comunidad autónoma mejor posicionada en esta clasificación y los únicos en el grupo de regiones de alta innovación: Euskadi Innovation Land.

Invertimos el 2,2% del PIB en I+D. Este porcentaje corresponde, en 2021, a 1.647 millones de euros. Las empresas son las protagonistas en esta apuesta innovadora, ya que aportan el 56,7% y ejecutan el 58,1% de la inversión total. Las administraciones públicas acompañamos esta tarea con un 32,9% de la inversión, que los fondos internacionales y otras fuentes en este orden completan. Somos un territorio donde más del 65% de la I+D ejecutada por las empresas pertenece a sectores industriales y de servicios conexos de la industria. 

Casi el 2% de la población vasca activa se dedica a actividades de I+D; más de 20.000 personas. Muchas de ellas repartidas en las 647 empresas y 36 centros tecnológicos e investigadores de los Parques Tecnológicos de Euskadi. 
La Red Vasca de Ciencia y Tecnología se ha reorganizado y completado: BRTA (Basque Research and Technology Alliance), nace como una alianza de 17 centros tecnológicos y centros de investigación cooperativa; los BICs componen el ecosistema vasco de emprendimiento que posiciona a Euskadi como HUB para startups y emprendimiento avanzado. Y ahora tenemos BAIC (Basque Artificial Intelligence Center), creado específicamente para ayudar a implantar la Inteligencia Artificial en nuestra industria.

Considero que el mayor éxito del Plan de Ayudas a PYMES del Gobierno Vasco, más de 700 millones al año en 80 programas de ayudas especialmente diseñados para dar respuesta a los retos que se plantean, es, sin duda, la respuesta de las empresas. Gracias a esa magnífica reacción hemos reducido un 45% las emisiones de la industria en 25 años, y el Basque Net Zero Industria Super Cluster existe con el compromiso de alcanzar 0 emisiones netas de GEI en 2050. El Corredor Vasco del Hidrógeno, o la generación de comunidades energéticas locales o de nuevos parques eólicos y solares son ejemplos de proyectos transformadores que aportan al futuro luz. La innovación es en todos ellos un elemento transversal de primer orden. 

El 40,5% de las empresas vascas son innovadoras. El 76,6% de las grandes empresas lo es, alrededor del 60,4% de las medianas y el 35,9% de las pequeñas. Aquí tenemos un punto de mejora importante: elevar el porcentaje de pymes innovadoras, tanto en producto como en proceso de negocio. Y estamos preparados para hacerlo.
La Industria Vasca ha demostrado tener visión y capacidad para liderar programas europeos de I+D+i, como Horizonte Europa (2021-2027), en el que las organizaciones vascas han conseguido un retorno de 124,94 millones de euros durante el primer año. El 21,7% de estos fondos lo han conseguido agentes empresariales (grandes empresas, pymes, unidades de I+D empresariales y clústeres). Los agentes tecnológicos, el 54,1%. 

Las organizaciones vascas lideran el 20,6% de los proyectos en los que participan, y en Euskadi la tasa de éxito (porcentaje de proyectos admitidos frente a los presentados) fue del 21,4%, cifra por encima de las medias europea y española. 

Estos datos hablan de la fortaleza de nuestras empresas que constantemente se enfrentan a problemas, sí, pero que, una y otra vez, demuestran capacidad de liderar soluciones lejos de los escenarios catastrofistas que con persistencia se dibujan en nuestro entorno. 

Somos fuertes por la alta cualificación de la población joven: el 66% de las personas entre 25 y 34 años tiene estudios terciarios, muy por encima del 41% de la UE. Somos fuertes por el volumen de inversión en I+D e innovación empresarial, y por el impacto de la actividad innovadora en términos de ventas de nuevos productos. Somos fuertes por el alto nivel de colaboración en ciencia e innovación, y por la penetración y el uso de tecnologías digitales. Lástima que otros datos extrañamente disparados, como el elevado absentismo y conflictividad laboral, no contribuyan al fortalecimiento de Euskadi Innovation Land. 

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