Hace apenas quince días presentamos los resultados de la encuesta a las empresas que realizamos todos los años el mes de enero. Con la información proporcionada por la encuesta y los datos de los distintos institutos de estadística hemos realizado un análisis y diagnóstico sobre la coyuntura de las empresas, de la economía y su evolución, que comparto con los lectores de Estrategia Empresarial en este espacio de ‘la firma’.
¿Qué nos han dicho las empresas? Las compañías guipuzcoanas han recuperado levemente la confianza y nos dicen que la situación de sus mercados es algo más favorable de la que preveían en septiembre, aunque sin alcanzar todavía los niveles del año pasado. 
Durante el último trimestre de 2022 la facturación media aumentó un 5,8% respecto al trimestre anterior. La utilización de la capacidad productiva alcanza un nivel notable, 85%, que indica que la actividad de las empresas es elevada y los pedidos crecen un 0,8% respecto del trimestre anterior. Como resultado de todo ello, el del empleo es, una vez más, uno de los mejores datos de la encuesta. El 93% de las empresas prevén mantener o aumentar plantilla. 
¿Qué preocupa a las empresas? Los principales factores de preocupación son los siguientes: el abastecimiento y precio de las materias primas y de la energía; los elevados costes laborales e incrementos salariales, que alcanza niveles récord, el mayor desde que tenemos registros en 2008; la dificultad para contratar personal cualificado, que escala hasta la tercera posición, y la preocupación por el descenso de la rentabilidad de las ventas. Ahora bien, empieza a repuntar la preocupación por la financiación bancaria y el absentismo. 
La evolución de los resultados de la encuesta, como es natural, es reflejo de la coyuntura económica en la que las empresas desarrollan su actividad. En 2022, la actividad económica se mantuvo elevada a lo largo de todo el año, resistiendo a los embates de la guerra, los costes y la inflación. Al final del año los indicadores de confianza mejoraron ligeramente y se prevé un 2023 algo mejor de lo vaticinado a mediados del año pasado, aunque será un crecimiento débil y mucho menor al de 2022. Así, estimamos un crecimiento del PIB entre el 0,5 % y el 2%, con una creación de empleo neto asalariado de entre 2.000 y 2.500 personas de media anual, si bien la evolución de la inflación, los costes de la energía y las materias primas, los tipos de interés y las condiciones geopolíticas, serán factores que influirán en un sentido o en otro, en la previsión que realizamos. 
Por último, quiero subrayar que más allá de la coyuntura, las empresas tienen que abordar retos globales como la transformación digital, la transición energética o la necesidad de hacer más atractivas nuestras organizaciones para las nuevas generaciones. 
Ahora bien, afrontar todos estos retos nos va a requerir a todas las personas un cambio, un proceso de adaptación, una transición cultural, que como el resto de transiciones, tiene que ser inteligente; es decir, va a necesitar apoyos más qué obstáculos, no será gratuita, va a tener coste, y la debemos hacer en colaboración, entre el ámbito privado y el público, Auzolanean.
Es una necesidad de prácticamente todas las organizaciones conformadas por personas, independientemente del lugar geográfico, tamaño, sector o forma jurídica que tengan, ya sea en el ámbito privado o en el público.
En este contexto, desde Adegi hemos impulsado Fabrika, como herramienta de acompañamiento de todas esas organizaciones en su transición cultural, un centro de alto rendimiento, pionero a nivel internacional dedicado en exclusiva a la transición cultural que junto a la energética y digital son, sin duda, ingredientes fundamentales de los retos de nuestra economía y sociedad. Partiendo del ámbito de la empresa, Fabrika se abre a la sociedad y pretende contribuir, como dice nuestro propósito, a cumplir un sueño, que es hacer mejores empresas y organizaciones, para una mejor sociedad.