"Bilbao Ría 2000: 25 años transformando el Bilbao metropolitano"

ÁNGEL?MARÍA NIEVA. DIRECTOR GENERAL DE BILBAO RIA 2000

ÁNGEL?MARíA NIEVA
DIRECTOR GENERAL DE BILBAO RIA 2000

Una transformación urbanística tan potente y global como la experimentada en Bilbao en las últimas décadas requiere de la participación activa y eficaz de muchos organismos e instituciones de forma coordinada.
Resulta obligado poner de manifiesto que, a finales de los años 80, el área metropolitana de Bilbao era una zona inmersa en una profunda crisis derivada de la desaparición de la industria pesada (especialmente la siderurgia y la construcción naval). Su modelo económico se acababa de desmoronar y no era sencillo atisbar soluciones para contrarrestar una situación que había supuesto una notable pérdida de PIB y unos niveles de paro próximos al 30 por ciento de la población activa. Además, las dramáticas inundaciones de agosto de 1983 habían dejado sumida a parte de la ciudad bajo las aguas y había hecho mella en la autoestima de la población.
Los representantes políticos e institucionales estaban obligados a remar juntos para sacar adelante la situación y se plantearon una serie de iniciativas muy ambiciosas que sirvieran para cambiar de modelo económico y rescatar a Bilbao y su entorno metropolitano. El consenso, la generosidad y una gran determinación por salir del agujero sirvieron de palanca para comenzar a planificar y ejecutar una serie de obras que poco a poco fueron dando frutos.
El proyecto Bilbao Ría 2000, junto con otros como la construcción del Metro, la limpieza y saneamiento de la Ría o el Museo Guggenheim, entre otras muchas iniciativas, conformaron un mosaico de actuaciones en paralelo que fueron cincelando el Bilbao que hoy podemos disfrutar.
En noviembre de 1992, cuando fue fundada la sociedad interinstitucional Bilbao Ría 2000, se había tomado ya la decisión de liberar los espacios adyacentes a la Ría que ocupaban las instalaciones portuarias y ferroviarias y el desaparecido astillero de Euskalduna. Quedaba por delante una ingente labor para eliminar barreras y para convertir a la Ría en el nuevo eje de la vida de la Villa. Ese encargo le fue encomendado a la recién creada Bilbao Ría 2000.
Para iniciar la tarea era imprescindible romper el obstáculo que suponía la línea de Cercanías de Renfe y que separaba la trama urbana de la zona portuaria y ferroviaria. Para ello, se puso a disposición de Bilbao Ría 2000 el trazado de la línea de mercancías que circulaba por el centro de Bilbao en trinchera. Con esta operación, denominada Variante Sur Ferroviaria, se logró una doble y positiva función: eliminar la barrera ferroviaria de Abandoibarra y acabar también con la trinchera de la línea de mercancías, que fue cubierta con una tapa que hoy es la Avenida del Ferrocarril.
Una vez lanzado este proyecto, que alumbró uno de los espacios centrales del nuevo Bilbao (Abandoibarra), Bilbao Ría 2000 recibió otros encargos de regeneración urbana como el barrio de Ametzola; Urban-Galindo, en Barakaldo, sobre los antiguos terrenos de Altos Hornos; Basurto-Garellano; Bilbao La Vieja e infraestructuras ferroviarias con los que hemos contribuido a la construcción del nuevo Bilbao.
Han pasado ya 25 años desde nuestro nacimiento y aún tenemos fuerzas e ideas para aportar en beneficio de la metrópoli y afrontar los retos urbanísticos que aún quedan pendientes, contribuyendo con nuestra experiencia y conocimiento.
En estos 25 años hemos invertido en torno a 1.100 millones de euros, con una tasa de autofinanciación del 97%; hemos facilitado que Bilbao y Barakaldo miren a la Ría tras haber quitado las barreras preexistentes; hemos construido una imagen moderna y de vanguardia, y hemos ayudado a cambiar la base del empleo, ayudando a mantener miles de puestos de alta cualificación, lo que ha permitido mejorar la competitividad de constructoras e ingenierías, entre otras empresas locales.
Todo ello ha sido posible -y eso es uno de los principales aprendizajes del proyecto Bilbao Ría 2000- gracias al motor de una colaboración pública basada en valores como la lealtad, la transparencia y la honestidad, con el objetivo fundamental y último puesto siempre en el bienestar de los ciudadanos.

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