El índice de costes de la construcción en Euskadi, que muestra la evolución conjunta de los costes de consumos intermedios y de la mano de obra, bajó una décima en marzo, con respecto al mes anterior. En edificación el descenso fue del 0,1% y en obra civil, del 0,4%. Los precios de las materias primas disminuyeron dos décimas, mientras que los costes de la mano de obra permanecieron constantes. Aunque ligera aún, la moderación empieza a manifestarse.
Si se compara en términos interanuales –con relación a marzo de 2022–, la subida de los costes de la construcción alcanza el 7,1% (era del 9,3% hace un año), tanto en edificación como en obra civil. 
Las materias primas subieron un 8,6% y la mano de obra, un 2,1% respecto a un año atrás. Los materiales consumidos por el sector de la construcción que registraron las mayores subidas en marzo (sobre el mismo mes de 2022) se encuadran en los sectores de minerales no metálicos (un 17%); industria de la madera y del corcho (16,1%); industria de minerales no metálicos (15%) y caucho y plástico (12,8%). En cambio, los precios de las materias primas de energía eléctrica y gas, y refino de petróleo descendieron un 17,6% y un 14,7%, respectivamente.
También se percibe la moderación en las subidas en el Índice de Costes Directos de Construcción que elabora ACR, tomando como referencia los precios tanto de los materiales de construcción como de su elaboración y, además, la mano de obra. Importes que, en conjunto, representan el coste directo de construcción, que supone, aproximadamente, el 80% del importe total de una obra. 
El estudio señala que los costes directos en edificación residencial comenzaron a moderar su ritmo de crecimiento en 2022, cerrando el año con una subida del 12,7%, algo más de seis puntos por debajo de la registrada en 2021. Y, aunque no se esperan bajadas drásticas, el dato de 2022 hace pensar que este año podría llegar la tan deseada estabilidad de costes.