Las empresas vascas apuestan por la gestión ambiental y el compromiso con la sostenibilidad

El Atlas de la Empresa Comprometida de Euskadi destaca la vocación internacional, pero es necesario avanzar en igualdad y en transparencia

De izquierda a derecha, Marcelino Fernández Mallo, Jabier Larrañaga, María Garayo, Juan García y Asier Aranbarri. Foto: Atlas de la Empresa Comprometida de Euskadi

El 91% de las empresas del País Vasco cuentan con una elevada planificación de la gestión ambiental y de compromiso con la sostenibilidad, mediante la implantación de medidas para minimizar el impacto de su actividad en el medio ambiente, según los resultados obtenidos en la primera edición del Atlas de la Empresa Comprometida de Euskadi, elaborado por Economía Digital y Sofiver.
El 94% de las sociedades mercantiles que participaron en este estudio cuentan con mecanismos para “promover la conciencia ambiental entre los empleados”; el 83% de ellas traslada sus políticas de medio ambiente a la sociedad; y el 77% cuenta con una certificación oficial de gestión ambiental. 
Además, las compañías destacan por la introducción de medidas tendentes a la implantación de la economía circular. El 93% declara que promueve la prolongación del ciclo de vida de los productos; el 71% apuesta por el diseño de productos que sean duraderos, reparables y reciclables; el 70% busca minimizar la generación de residuos y maximizar su valor mediante sistemas de reciclaje eficientes; y el 63% exige a sus proveedores que reduzca el uso de plásticos y materiales no reciclables.
El Atlas de la Empresa Comprometida de Euskadi es un proyecto de investigación para analizar de forma rigurosa e independiente el compromiso de las principales empresas vascas con su entorno, el desarrollo sostenible, las personas y el buen gobierno. Está impulsado por el Grupo Economía Digital y la consultora Sofiver y trata de medir, de forma objetiva, los esfuerzos que realiza cada empresa en la creación de riqueza sostenible (ESG). 
47 empresas, con 31.000 millones de euros de facturación
La primera edición del Atlas contó con la participación de 47 empresas que suman una facturación global de 31.060 millones de euros en el año 2022, una cifra equivalente al 39,14% del PIB de Euskadi, y dan empleo directo a 135.115 personas. Además, el análisis indica que las compañías experimentaron una evolución positiva con un crecimiento del 8,1% respecto a 2021 y un crecimiento del 4,1%del empleo.
Por tamaño, el 17% de las sociedades mercantiles participantes superan los 1.000 millones de euros de facturación; el 4,2% se encuentran en un rango de entre 500 millones de euros y 1.000 millones de euros; el 17%, entre 100 y 500 millones de euros; el 12,7% posee una cifra de negocios entre 50 y 100 millones de euros. El 48,9% de las compañías está en un rango de ingresos inferior a los 50 millones de euros.
El Atlas aborda la “sostenibilidad en un sentido amplio, incorporando conceptos como el buen gobierno y la transparencia, la relación con el entorno próximo y la consideración a las personas”, según explicó Marcelino Fernández Mallo, economista y director del proyecto durante la presentación, celebrada en la Sala BBK (Bilbao).
Para el estudio, se analizaron 67 atributos diferentes en la gestión de las empresas, correspondientes a 21 variables esenciales para medir  de manera “objetiva e independiente” el compromiso en las categorías de Buen Gobierno, Medio Ambiente, Entorno y Personas.
Compromiso ético, pero sin transparencia
Entre las principales conclusiones del Atlas destacan las fortalezas de las empresas vascas en la formación del personal, la expansión en mercados exteriores y la concentración de sus plantillas en Euskadi, además de la planificación de la gestión ambiental y la implantación de la economía circular. 
Sin embargo, adolecen de “falta de transparencia, la gestión del agua, la integración de las personas con discapacidad, el uso del euskera o la necesidad de incrementar el control de las emisiones contaminantes”, según explicó Marcelino Fernández Mallo. Otras de las carencias detectadas es la falta de certificados oficiales que avalen las gestiones que realizan las empresas en diferentes ámbitos. 
Por ejemplo, el 80% de las empresas tienen implantado un código ético y el 78% ha desarrollado procesos específicos y de información y prevención. Sin embargo, tan solo el 57% exige la aplicación de este código de buenas prácticas a los proveedores y el 38% dispone de un certificado sobre el buen gobierno. Además, presentan carencias notables en transparencia, ya que solo el 25% publica los contratos y concesiones públicas, el 38% informa de sus planes estratégicos o las retribuciones del Consejo de Administración y del Comité de Dirección, y el 19% publica los curriculum vitae.
Vocación internacional
El Atlas subraya la “vocación internacional” de las empresas vascas, ya que el 57,4% de ellas venden más del 75% de sus productos o servicios fuera de Euskadi y el 12,5% facturan entre el 50 y el 75% en el exterior. No obstante, dada la especialización manufacturera de las compañías, se constata una gran dependencia de proveedores externos, ya que casi el 50% de ellas tienen menos del 33% de distribuidores locales.
El estudio apunta que es necesario una mejora en la gestión de la categoría de Personas, que mide las relaciones con el capital humano y la implantación de la igualdad. El 43% de las sociedades no cuenta con mujeres en los consejos de administración y en el 49% de ellas hay menos del 25% de mujeres en el comité de dirección. Tan solo en el 36% de las empresas se puede elegir el teletrabajo y en el 49% no hay ningún trabajador con discapacidad.
Compromiso periodístico 
Juan García, el CEO de Grupo Economía Digital, destacó que el Atlas de la Empresa Comprometida de Euskadi es "un análisis en profundidad de la implicación y el compromiso de las empresas vascas con los objetivos que la propia sociedad se ha marcado". El editor de cabeceras como Economía Digital --uno de los medios digitales nativos de información económica y financiera más leídos de España--, Finanzas o la revista Inversión, señaló que la presentación del proyecto responde también al compromiso periodístico del grupo de medios. 
"Decía recientemente una directiva de Financial Times que, actualmente, no basta con que un periódico sea un periódico. Estoy de acuerdo. En el Grupo Economía Digital estamos convencidos de que tenemos que ampliar nuestra función principal, que es la de dar noticias, trabajando codo con codo con otros profesionales para ofrecer a la sociedad herramientas de análisis y escrutinio que aporten datos que objetiven realidades y permitan estructurar la información", expuso. 
Una herramienta útil
María Garayo, directora del Atlas de la Empresa Comprometida, apuntó en su intervención que el compromiso de las empresas es mayor cuanto mayor es el tamaño, pero advirtió que hay un "avance decidido de las pymes" en cada una de las categorías analizadas por el estudio, a pesar de disponer de menos recursos. 
Además, apuntó a que estos avances se producen "de manera equilibrada" en cada una de las categorías, que obtienen similares puntuaciones en el estudio. La directora del Atlas y socia de Sofiver explicó que este proyecto no tiene nada que ver con "un ranking de empresas". Al contrario, pretende convertirse en una herramienta útil para poner en valor y extender las mejores prácticas empresariales en sostenibilidad, transparencia o impacto positivo en el territorio y las personas. 
Un reto compartido
El director de Innovación Social del Gobierno vasco, Asier Aramberri, abordó los retos que suponen para las empresas y la sociedad los objetivos de la Agenda 2030, poniendo en valor lo que denominó las '5 ces': común, contrato, colaboración, compromiso y comunidad.
“Hay una agenda común que nos ayudará a configurar un nuevo contrato social, una reconciliación con la naturaleza”, dijo Aramberri, destacando que en Euskadi se han dado pasos para esta reconciliación. Respecto a la segunda, el contrato, apeló a un nuevo “contrato con las instituciones” para desarrollar una línea de trabajo que está ligada a la tercera pata, la “colaboración público-privada”. El director de Innovación Social advirtió, sin embargo, que este contrato tiene que tener un sentido amplio y también intergeneracional.
“Necesitamos una sociedad comprometida, con la Agenda 2030 y con los objetivos de desarrollo sostenible y que miremos hacia el futuro y dejemos a las generaciones venideras un mundo mejor. Aunque suene obvio, hay que recalcarlo”, dijo Aramberri para justificar la importancia que otorga al compromiso y a las empresas comprometidas. “No debe de caer todo el peso en las instituciones, tenemos que incorporar a la sociedad civil, a las empresas”, proclamó.
Finalmente, señaló que también es necesaria una colaboración y organización entre instituciones y contar con más espacios de comunicación. “Hay que incorporar el saber de la sociedad siguiendo una agenda común”, es decir, crear comunidad.
Colaborar y ayudar a las pymes
El responsable de Empresas de Kutxabank, Jabier Larrañaga, aseguró que el banco tiene presente “todos los conceptos que aparecen el Atlas”, algo que está, según dijo, en el origen de la propia entidad financiera. “Los beneficios revierten en la sociedad. El modelo de negocio está muy arraigado y comprometido, ayudamos a que se cumplan proyectos de vida, también proyectos empresariales”, destacó.
El director de Empresas de Kutxabank advirtió que el cliente valora cada vez más la sostenibilidad, pero matizó que también es un convencimiento de la propia entidad, y no solo de puertas adentro. “Nos sentimos en la obligación de hacer este acompañamiento y pedagogía con las empresas para poder ayudarlas. Y nos preocupan sobre todo las pequeñas empresas. Las pequeñas empresas no tienen los equipos que tienen las grandes y nosotros les tenemos que ayudar para que sigan siendo punteros y estén a la cabeza. Solo hay una forma de sacar adelante los retos, de forma colaborativa, con las instituciones y las empresas”, concluyó.

Más noticias de Gestión / Kudeaketa