GUÍA DE LA INNOVACIÓN EN EL PAÍS VASCO 2022 La salud impulsa la I+D+i puntera

La I+D+i en salud suele trabajar en las fronteras del conocimiento para poder avanzar en la curación y tratamiento de las enfermedades.

Tener una industria de biosalud fuerte es sinónimo de poder anticiparse a los retos que se avecinan. Algunos conocidos, como el envejecimiento o la atención personalizada, y otros inesperados, como sucedió con la pandemia. Las herramientas de innovación disruptiva con las que poder hacer frente a este tipo de desafíos nos sitúan en el terreno del ‘big data’, la inteligencia artificial, los dispositivos 3D, la medicina genómica, los tratamientos personalizados o la medicina basada en el valor.

Los últimos años, marcados decisivamente por los efectos de la pandemia que causó el covid-19, han ratificado que invertir en salud es la mejor apuesta de futuro que puede hacer nuestra sociedad. No sólo a nivel de calidad de vida, para hacer frente a los retos en materia de envejecimiento o atención personalizada que se nos avecinan, sino, en especial, a nivel de industria y, sobre todo, de innovación y avances tecnológicos y médicos, que son lo que van a permitir mejorar la atención al paciente y la gestión de los servicios sanitarios y asistenciales. Tener una industria de biosalud fuerte es sinónimo de estar mejor preparados, de poder anticiparse con una mayor velocidad, a los nuevos retos y cambios, muchos de ellos inesperados, que se van presentando en el camino. 

La biosalud es uno de los ámbitos prioritarios en la RIS3 Euskadi, que genera ya cerca del 2,5% del PIB vasco

La apuesta que hace Euskadi por este sector está fuera de toda duda, es estratégica. El de la biosalud es precisamente uno de los tres sectores incluidos en la RIS3 vasca y priorizados por las instituciones vascas para el fomento de la I+D en la materia, lo que ha derivado también en un importante crecimiento de actividad empresarial en un sector cuyo peso en la economía vasca es creciente. En la actualidad genera el 2,5% del PIB vasco, si bien para 2025 se espera que alcance el 3% gracias al crecimiento de la medicina regenerativa, la terapia génica, los dispositivos de diagnóstico médico, la salud digital (e-health) o la telemedicina. En 2021 generó en torno a 1.000 empleos que elevan a 10.000 la cifra de trabajadores que se emplean en las más de 200 empresas que acoge el sector y su facturación respecto a 2020 creció en un 8% (1.800 millones).  
Trabajos que abarcan desde los últimos tratamientos en oncología y neurología, pasando por las áreas de microbiología y enfermedades infecciosas, con numerosos proyectos ligados al covid-19. La I+D en salud trabaja en secuenciación genómica, que va a revolucionar la asistencia sanitaria y el tratamiento de enfermedades, adentrándose en la medicina personalizada y de las terapias avanzadas. También es destacable la investigación sobre la esclerosis múltiple y otras enfermedades neurodegenerativas y las referidas a diferentes tipos de cáncer como el de pulmón. Además, de todo lo referido a los últimos avances en salud digital, así como los progresos en envejecimiento saludable, donde se investigan marcadores para la detección precoz de muchas enfermedades neurológicas y de deterioro cognitivo, como el Alzheimer y el Parkinson.

En julio pasado se presentó la Estrategia de Investigación e Innovación en Salud del Gobierno vasco 2022-2025.

Nueva estrategia
Tecnología, I+D e investigación. Conceptos que son consustanciales a la Estrategia de Investigación e Innovación en Salud del Gobierno vasco 2022-2025, que viene a impulsar este camino. Con cinco ejes definidos para llevarla a cabo (coordinación, especialización, internacionalización, talento y recursos), se busca generar conocimiento relevante, poniendo a las personas en el centro, crear talento o una investigación orientada a las necesidades del sistema. Todo ello con el objetivo global de lograr un sistema de salud vasco reconocido por su excelencia y traslación de los resultados de sus actividades de investigación e innovación, contando con una I+D+i integrada en el tejido científico-tecnológico y empresarial existente. 
A día de hoy, Euskadi cuenta con casi 3.000 personas investigando en el ámbito de la salud, de las que un 85% son profesionales de Osakidetza, que este último año han participado en más de 1.800 proyectos y estudios clínicos. Además, el sistema sanitario público vasco participa en un total de 56 proyectos de investigación internacionales ligados a la salud. Una actividad que abarca desde la investigación interdisciplinar a la I+D en oncología y neurología, pasando por las áreas de microbiología y enfermedades infecciosas, en este último año con numerosos proyectos ligados al covid-19. El presupuesto que el Departamento de Salud dedica a I+D+i ha ido aumentando de forma constante; en 2022 el incremento ha sido de un 15%, superando los 25 millones de euros.

La inteligencia artificial, el ‘big data’, 
los dispositivos 3D, etc. van a facilitar 
la medicina personalizada y de precisión

Colaboración
Un trabajo que, para ser eficaz, requiere de la colaboración entre diferentes agentes. Así, Estíbaliz Hernáez, viceconsejera de Tecnología, Innovación y Transformación Digital del Gobierno vasco,  explicó en el foro ‘Matchmaking Innovación en Salud’ para el desarrollo de nuevas soluciones ‘Smart Medical Device & Robotics’ celebrado en octubre en Donostia, que “las sinergias generadas entre los centros tecnológicos y los centros de investigación cooperativa bajo la alianza BRTA permiten generar una oferta científico-tecnológica de alto valor añadido para nuestras empresas que les permite incorporar tecnología de vanguardia”. Programas como Elkartek, Hazitek y Azpitek, asimismo, reafirman el compromiso del Ejecutivo con la I+D+i. Euskadi es la comunidad autónoma con mayor gasto sanitario per cápita, además de ser una región puntera en centros de desarrollo tecnológico e industrial. En especial, en lo que respecta a campos como la medicina personalizada, los tratamientos Cart-T, los dispositivos médicos inteligentes y la robótica.  

Euskadi cuenta con casi 3.000 personas investigando en el ámbito de la salud, que este último año han participado en más de 1.800 proyectos y estudios clínicos.

Un buen ejemplo de esas sinergias es la colaboración entre el CIC nanoGUNE y BIC Gipuzkoa, cuyas conclusiones conceden una importancia central a las nanotecnologías para los retos biomédicos. Fruto de esa alianza han surgido varias tecnologías que ya están protegidas por patentes: una tecnología altamente innovadora que permite un parto más seguro de los bebés y que ha despertado el interés de inversión de empresas biotecnológicas internacionales; un estudio de en qué sectores explotar ‘Novaspider’, un equipo de fabricación aditiva 3D con nano y microfibras con el que nanoGUNE participa en el proyecto Cardioprint, con el objetivo de fabricar un dispositivo capaz de generar tejidos humanos como el de miocardio con una precisión sin precedentes. O un estudio sobre la tecnología Crispr que ofrece herramientas para, como si de unas tijeras moleculares se tratase, cortar y pegar trozos de material genético en cualquier célula lo que podría llegar a permitir modificar los genes que causan la ELA. 

La gestión del dato ‘health’
Las estrategias de los gobiernos, en cualquier caso, se nutren, de alguna manera, de las tendencias en tecnología o innovación que mandan en el sector. Y hablar de disrupción en biociencia con la mirada puesta en el futuro es hablar de la inteligencia artificial o de los dispositivos 3-D pero, sobre todo, del dato. El ‘big data’ va a repercutir en aspectos fundamentales como la personalización de la medicina, la predicción para la prevención y el desarrollo de tecnologías personalizadas que permitan la interactuación con el paciente.  Permitirá gestionar gran cantidad de información lo que posibilitará buscar soluciones para optimizar el tratamiento de los pacientes a través, por ejemplo, de dispositivos ‘wearables’.

Junto a la tecnología y los avances científicos se está imponiendo otro concepto innovador que tiene que ver con un intangible, la medicina basada en el valor

Y el sector empresarial vasco ya está inmerso de lleno en la hoja de ruta que marcan el dato y la IA. La startup vizcaína Heuristik ha desarrollado un software que combina el reconocimiento dactilar con la inteligencia artificial, una solución biométrica que asegura una identificación perfecta del paciente desde la prescripción del medicamento hasta su recepción. Así, en lugar de identificar al paciente con un brazalete, o con la tarjeta sanitaria, se realiza con la huella dactilar. Con esta herramienta, la empresa pretende agilizar la identificación de los pacientes en situaciones de emergencias médicas, postoperatorio y centros de salud. Uno de los cuatro hospitales seleccionados para arrancar un programa piloto con esta tecnología está en la red de Osakidetza.
Ibermática, por su parte,  está inmersa en el proyecto EDIT (Emerging Disease Twin), otro desarrollo basado en inteligencia artificial y analítica de datos. Una herramienta de software a través de la cual plantea crear gemelos digitales de pacientes que permitan testear con antelación tratamientos concretos en un paciente virtual que responda a los mismos parámetros que su gemelo real.  Este proyecto supone un paso crítico en la lucha contra cualquier enfermedad emergente, como es el covid-19, ante la incertidumbre sobre la fiabilidad y eficacia de tratamientos, mejores prácticas, vacunas, etc., mientras éstas se encuentran en fase de pruebas como prototipos.  
Tecnologías también, al final del camino, que facilitarán al sistema sanitario avanzar en el desarrollo de cuidados más integradores, globales, que permitan hacer frente al envejecimiento o las enfermedades crónicas. Porque la innovación disruptiva en salud facilitará la optimización de los recursos ante el aumento en la demanda de atención que exigen este tipo de pacientes. 

La empresa de TIC Ibermática ha creado gemelos digitales de pacientes para testar si 
un tratamiento puede funcionar.

Medicina basada en el valor
Y junto a la tecnología y los avances científicos en el campo de la salud se está imponiendo otro concepto innovador que tiene que ver con un intangible, la medicina basada en el valor. Esto es la aproximación clásica de mejora en el resultado clínico en el paciente, en todo aquello que aporte evidencia que es efectivo para tratar o mejorar una determinada enfermedad. Ya en 2010, el profesor Michael Porter propuso medir el valor de la atención sanitaria como el resultado obtenido en los pacientes dividido por el coste de la atención prestada. Así consideraba fundamental ligar valor a costes, porque en escenarios economicistas se puede tener la tentación de reducir costes sin tener en cuenta el resultado en salud. Y así, ahorros temporales pueden convertirse en mayores costes en un futuro más o menos cercano.
Precisamente, la consejera de Salud del Gobierno vasco, Gotzone Sagardui, participó recientemente en el Congreso Ichom, en Boston, el más importante en la atención basada en el valor a nivel internacional y uno de los más importantes que existen, ya que son los fundadores de esta organización quienes introdujeron por primera vez el concepto de atención basada en el valor que conlleva un cambio de paradigma de los sistemas sanitarios. Allí se puso en valor las diferentes iniciativas que desde Euskadi se están desarrollando en este ámbito, lo que ha supuesto una oportunidad de situar a Euskadi en el mapa de la investigación en salud a nivel internacional.

Osasunberri, el valor de la colaboración y del ‘km 0’

Un consorcio, con Biolan como coordinador, formado por 25 entidades (17 empresas, cinco hospitales,

tres centros tecnológicos y dos asociaciones sectoriales), lleva dos años trabajando en el proyecto colaborativo ‘Osasunberri’. El objetivo, a través de crear sinergias y aunar esfuerzos, es reforzar el sector salud vasco para, a través del conocimiento y el talento de todos sus integrantes, dotar a la cadena de valor de esta industria de una fortaleza que permita construir un sector de la salud cercano, eficaz e integral, que opere en base a la filosofía ‘Kilómetro 0’. El Gobierno vasco le dio el pasado mes de julio su apoyo explícito y público a una iniciativa que es ahora, entre 2022 y 2023, cuando prevé acaparar la gran mayoría (76%) del gasto de los 142 millones de presupuesto con el que cuenta (100 de ellos en infraestructuras y 42 en I+D).  Con objetivos como el efecto tractor industrial, la integración sectorial de la cadena de valor, la interregionalidad y el aprovechamiento de las sinergias en conocimiento y experiencias profesionales, los diferentes programas de ‘Osasunberri’ ostentan un prisma integrador que incluye desde el diagnóstico, hasta la aplicación de diferentes terapias, pasando por un amento de la digitalización en la asistencia sanitaria y la vigilancia de las tendencias competitivas y la protección intelectual e industrial.  Osasunberri actúa en cuatro áreas: tests, terapia, asistencia y conexión digital. Así, Osasuntest persigue la obtención de diferentes tests, para lo que dispone de plataformas de I+D para el desarrollo de soluciones tecnológicas y capacidades de fabricación en torno a nuevos test de diagnósticos. La segunda área, Osasuntherapy, aborda la aplicación de distintas terapias y se centra en la implementación de las capacidades de I+D necesarias para el desarrollo de medicamentos farmacéuticos, microbiológicos, así como desarrollo de terapias celulares o rehabilitativas. Por su parte, Osasunassistance desarrolla espacios piloto postcovid e incrementa el nivel de digitalización de la asistencia sanitaria y fomenta las plataformas de innovación. Por último, el área Osasunconnect vigila las tendencias competitivas, la protección de la propiedad intelectual, el ecodiseño y la integración de sistemas digitalizados.

CIC bioGUNE, en la vanguardia de la lucha contra el Alzheimer 

El Centro de Investigación Cooperativa bioGUNE, miembro de Basque Research & Technology Alliance,

es una organización de investigación biomédica que desarrolla investigación de vanguardia en la interfaz entre la biología estructural, molecular y celular, con especial atención en el estudio de las bases moleculares de la enfermedad, para ser utilizada en el desarrollo de nuevos métodos de diagnóstico y terapias avanzadas. Así, por ejemplo, la Asociación de Alzheimer de Estados Unidos va a financiar durante los próximos tres años una investigación de CIC bioGUNE que pretende identificar una forma novedosa para el diagnóstico temprano de esta enfermedad neurodegenerativa. El proyecto, aceptado en el marco del programa de subvenciones de investigación internacional de esta Asociación, plantea la hipótesis de que el metaboloma de los exosomas derivados del sistema nervioso central podría ser una herramienta poderosa para descubrir nuevos biomarcadores de esta patología y comprender los cambios metabólicos subyacentes a la enfermedad de Alzheimer. “Creemos que esta investigación puede identificar una forma novedosa para el diagnóstico temprano de la enfermedad de Alzheimer. Además, el proyecto contribuye a comprender la progresión de la enfermedad, lo que puede generar nuevas oportunidades potenciales para desarrollar terapias”, señala Juanma Falcón, investigador Ikerbasque en el Laboratorio de Exosomas de CIC bioGUNE e investigador principal del proyecto. El programa de subvenciones de la Asociación de Alzheimer, con sede en San Diego (Estados Unidos), tiene como objetivo financiar a investigadores innovadores en ámbitos de investigación relacionados con esta patología. La combinación única de la experiencia de CIC bioGUNE en los campos de exosomas y metabolómica abre una nueva perspectiva para la búsqueda de biomarcadores de la enfermedad de Alzheimer, un factor que ha sido tenido en cuenta a la hora de conceder la subvención al proyecto. Además, el pasado mes de octubre el Palacio Euskalduna de Bilbao reunió a los mayores expertos en el campo de la investigación del metabolismo del cáncer para compartir los últimos avances en la materia. Un encuentro que nació en 2014 de una iniciativa estratégica de CIC bioGUNE para impulsar la investigación en este campo. En casi una década, el evento ha llegado a adquirir un reconocimiento internacional bajo la organización de la Asociación Europea de Investigación en Cáncer, EACR, que engloba a más de 12.000 investigadores de toda Europa.

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