Geinsa ya integra en sus cabinas el futuro del revestimiento, el nanorrecubrimiento

Los avances y desarrollos técnicos se enfocan al respeto medioambiental

Un vagón de tren, en la entrada de la línea de la cabina de pintura.

La empresa Geinsa ya ha preparado las instalaciones que fabrica para poder integrar el proceso del nanorrecubrimiento de superficies.

La nanotecnología es la ciencia, ingeniería y tecnología de manipulación de materia de una dimensión de 1 a 100 nanómetros (1 nm = 10-9 m). Para hacerse una idea, esto sería equivalente a las dimensiones de un balón de futbol respecto al planeta tierra. Su estudio permite ‘crear nuevas propiedades de los materiales’ reordenando la materia a esa escala tan minúscula.
Sus aplicaciones para todo tipo de sectores son infinitas: textil, medicina, industria, electrónica, producción agrícola, procesamiento de alimentos, informática… En el tratamiento de superficie, el avance es continuo y se dispone ya de múltiples aplicaciones en el mercado, como productos que mejoran la adhesión de pintura, retrasar la oxidación, reemplazar la conversión por fosfato de hierro y zinc, conseguir un pasivado libre de cromo, y sobre todo, están enfocadas al respeto medioambiental, tal y como los utilizan los equipos fabricados por Geinsa.
En el sector de recubrimiento de superficies, cuya producción es de unas 45 millones de toneladas y un gasto anual de unos 16.000 millones de euros, se constata que no podía dejar de estar a la cabeza de estos avances y pueden mencionarse innumerables aplicaciones, como pinturas solares que aprovechan la energía del sol para cargarse y utilizables en automóviles, edificios, teléfonos móviles, etc.

Esta tecnología puede ser aplicada

en cualquier superficie de
trabajo industrial

Neutralizar bacterias
También se pueden citar ciertas pinturas que al contacto con la luz tienen la capacidad de neutralizar las bacterias y los olores, recubrimientos con protección antigrafiti (fácilmente eliminables con un trapo), auto-limpiantes (tanto para evitar suciedad en los tejidos de asientos de automóvil, como para protección contra el agua o líquidos oleosos en parabrisas y ventanillas), para la eliminación de polución en tuberías, para la resistencia térmica y al fuego y otras.
Pinturas con protección anticorrosiva, antiimpactos, antirrayado, antihuellas, superficies anti-vaho, antibacteria, antihielo, protector solar que absorbe rayos UVA, materiales mucho más ligeros (un avión puede pesar media tonelada menos), un barco deslizarse más rápido, pinturas capaces de limpiarse por sí mismas y un largo etcétera. Pero uno de los aspectos más destacables es su aportación a la salubridad del entorno laboral y atmosférico. Estos avances han conseguido recubrimientos que no emiten COV (Compuestos Orgánicos Volátiles) con el consiguiente beneficio en seguridad laboral y medioambiental.
Esta tecnología podrá ser aplicada en cualquier superficie de trabajo industrial (metales, plásticos, vidrio, minerales, etc.) manteniéndose el proceso de trabajo habitual, es decir, la aplicación por spray o por inmersión y secado por hornos de convección o por radiación como los que fabrica Geinsa.

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