“En un entorno saludable, el trabajador aumenta su productividad laboral”

Eduardo Vallejo, presidente de la Asociación de Servicios de Prevención ASPA Euskadi

Eduardo Vallejo, presidente de la Asociación de Servicios de Prevención ASPA Euskadi. Foto: Asociación de Servicios de Prevención ASPA Euskadi

El pasado 28 de abril se celebró el Día Mundial de la Salud y la Seguridad en el Trabajo, una efeméride que promueve la prevención de los accidentes del trabajo y de las enfermedades profesionales. A esta importante labor enfoca sus esfuerzos los Servicios de Prevención Ajenos, autorizados por Osalan en la CAV, y de los cuales más del 95% se agrupan en la asociación ASPA Euskadi, que preside Eduardo Vallejo y que en su conjunto dan cobertura a 160.000 personas trabajadoras en el País Vasco.

Según datos de Osalan, la siniestralidad han aumentado en 1.400 accidentes entre enero y febrero, respecto al primer bimestre de 2023. ¿A qué lo atribuye? 
Sí, ha aumentado bastante. Y eso es una mala noticia. Hay que mirar un poco en global y este repunte de accidentes laborales tiene que ver con el ciclo económico que vivimos actualmente. Normalmente, cuando hay un ciclo económico en expansión, la población ocupada es mayor y, entonces, la probabilidad de que haya accidentes también aumenta. Hay que tener también en cuenta que ahora las mediciones son más exactas y también incluyen accidentes ‘in itinere’, infartos, ictus que se atribuyen al ejercicio del trabajo. También se están recogiendo enfermedades profesionales que antes prácticamente no se veían y que eran la parte oculta de la enfermedad. En este ámbito están aflorando enfermedades profesionales como el amianto o diferentes tipos de cánceres. El listado de enfermedades profesionales reconocidas  es mayor, con lo cual, es verdad que esa bolsa que antes se miraba de una manera, ahora se mira de una manera un poco más amplia y eso influye también en los índices de siniestralidad. 

¿Qué aporta ASPA Euskadi a las empresas y autónomos en el ámbito de la prevención? 
Contamos con más de 200 técnicos superiores y más de 70 médicos de empresa, a lo que sumamos entre 50 y 60 centros de trabajo que están distribuidos por toda la comunidad autónoma vasca. Así, desde un punto de vista más local y más ágil que lo que puede ser un servicio de prevención nacional, trabajamos en las empresas, les visitamos y les asesoramos sobre cuáles pueden ser las medidas preventivas que deben adoptar y lo documentamos. Además, les validamos estas medidas e intentamos integrar dentro de la empresa la prevención de riesgos laborales. Nosotros insistimos para que se lleven a cabo las medidas de prevención y porque se desarrolle un trabajo seguro. Al margen de ello, les asesoramos en cuanto a los equipos de protección que deben emplear, los tipos de andamiajes o medidas homologadas y que tienen alguna normativa, y si, por ejemplo, surge algún accidente, les damos apoyo y asesoría legal, en caso de que el proceso finalice en los juzgados.

¿Están las empresas vascas concienciadas sobre la importancia de la prevención?
Sí, y cada vez más. Hemos pasado de unos tiempos en los que se trabajaba de cualquier manera a tener que mantener algunas medidas que no calaban bien con la cadena productiva de la empresa, pero que ahora se ha convertido en una faceta imprescindible para el que se hagan las cosas, pero que se hagan con seguridad. Los empresarios han visto que la prevención es rentable para la compañía. Al fin y al cabo, tener un accidente traumático o el tener gente de baja laboral, le cuesta dinero a la empresa, mientras que en un entorno saludable, los mismos trabajadores y las trabajadoras están más cómodos, más confortables, y en consecuencia, su productividad aumenta porque el entorno es más amable y bueno. Todo esto se traduce en una mayor rentabilidad para las empresas.

"El principal reto al que se enfrenta nuestro sector es la falta de profesionales titulados en medicina de empresa y personal técnico"

Tras la pandemia, ¿han aumentado los riesgos psicosociales? 
Yo diría que el riesgo es parecido al que había antes de la pandemia. ¿Qué es lo que ha pasado? Pues que ha habido una evolución en el tratamiento de la prevención de este tipo de los riesgos psicosociales. La prevención de riesgos laborales consta de cuatro ramas, que son la seguridad en el trabajo, la higiene industrial, la psicopatología, la economía aplicada y la medicina del trabajo. Actualmente, nos estamos centrando más en los temas psicosociales. Son riesgos que nunca se habían abordado. Antes se llamaba estrés a toda enfermedad profesional, pero nos hemos dado cuenta de que, aparte del estrés, hay muchos más problemas de tipo psicosocial que debamos abordar y de que existen métodos para ver como se encuentra la salud mental dentro de la empresa. Al final de lo que se trata es de adaptar las condiciones del trabajo a las personas y que estén a gusto y no tengan problemas psicosociales. 

¿A qué desafíos se enfrenta actualmente su sector? 
El principal reto que tenemos es la falta de profesionales. Para los servicios de prevención necesitamos médicos titulados en medicina de empresa y el problema que nos encontramos es que la mayoría de profesionales son ya gente mayor, cerca de la jubilación o médicos que, teniendo la titulación, están ejerciendo en otras especialidades. Ante este reto, lo que hacemos es recordar a la administración que hay esta falta de médicos y que hay que poner medidas. Otro déficit que comienza a haber es la falta de personal técnico. En un ámbito tan multidisciplinar como el nuestro, esta carencia de profesionales es algo que nos repercute muy negativamente en los servicios que ofrecemos.

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