Con el acto de lanzamiento celebrado este miércoles en Bilbao, se ha iniciado un nuevo período de programación (2021-2027) del Fondo Social Europeo Plus del País Vasco que recoge actuaciones por un importe de más de 197 millones de euros, de los cuales 79 millones serán aportados por la Unión Europea y se prevé atender a más de 90.000 personas.

Este es uno de los aspectos subrayados por el consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, en un acto de presentación compartido con la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Nerea Melgosa, junto a una representación de la Comisión Europea y del Ministerio de Trabajo y Economía Social.

Azpiazu ha destacado que durante los próximos 7 años el FSE contribuirá “con financiación y también con principios y valores compartidos, al crecimiento inclusivo de Euskadi, a la modernización del mercado de trabajo, a la adaptación a las transformaciones verde y digital que ya tenemos entre nosotros y a la protección de las personas más vulnerables de nuestra sociedad”.

El pasado 25 de noviembre la Comisión Europea aprobó este programa, que es el principal instrumento de la Unión Europea para invertir en las personas y una de las piedras angulares para la recuperación socioeconómica de la Unión Europea tras la pandemia de coronavirus.

El Consejero de Economía y Hacienda ha puesto acento en el hecho de que el Programa del Fondo Social Europeo Plus, elaborado en base al análisis de la situación socioeconómica y laboral de Euskadi, nace “para favorecer el acceso y el mantenimiento de un empleo de calidad y facilitar la inclusión social y laboral de las personas con discapacidad y las personas en riesgo de pobreza o exclusión social y tiene vocación para configurar una nueva dimensión de las políticas de protección social en Euskadi”.

Por su parte la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Nerea Melgosa, ha presentado tres programas de su departamento que convergen con tres ejes clave del Fondo Social Europeo +. Se trata de Aukerak Suspertzen, Trapezistak y de un programa de ayuda para hacer frente a la pobreza material y reducirla. Los dos primeros programas surgieron en el contexto de la pandemia y tras una fase piloto se han dado ya los pasos necesarios para convertirlos en estructurales, ubicándolos en políticas normalizadas de infancia y familias, por un lado, y de migraciones y juventud, por otro.

En especial, la consejera Melgosa ha puesto en valor el Aukerak Suspertzen, un programa comunitario de refuerzo educativo extraescolar que persigue reducir la brecha digital y reforzar las capacidades de niñas, niños, adolescentes y de sus familias en situación de desventaja social. Un programa impulsado por la Dirección de Familias e Infancia y gestionado por la cooperativa social Agintzari y una red de más de 20 entidades del tercer sector social.

“No se trata solo de equipar informáticamente a las familias que lo necesitan porque carecen de recursos. Además, se les ofrece apoyo educativo para que los niños y niñas o adolescentes de esos hogares refuercen sus hábitos de estudio, desarrollen habilidades digitales y/o competencias lingüísticas”, ha explicado Melgosa. El programa incluye además un refuerzo específico para padres y madres, que les ayude a apoyar a sus hijos e hijas en el proceso.