GUÍA DE LA INNOVACIÓN EN EL PAÍS VASCO 2022 La inteligencia arraiga en la industria

La robótica y la automatización están evolucionando de forma muy rápida y “ya hay implantaciones exitosas en muchas empresas”.

Los sectores manufactureros de Euskadi incorporan desde hace años, en mayor o menor medida, tecnologías innovadoras como factor clave de competitividad y eficiencia en sus procesos productivos. La consecución de unas fábricas cada vez más inteligentes marca el futuro -y el presente- de la industria, que avanza hacia el 5.0

En un contexto de grandes dificultades (complicaciones para conseguir ciertos suministros industriales, crisis energética, inflación, etc.) ante las que hay que buscar soluciones, Euskadi apuesta por el impulso de la innovación y el incremento de la inversión en I+D para reforzar su sector industrial como puntal económico. El objetivo: lograr unas fábricas más digitalizadas e inteligentes, capaces de desarrollar procesos de fabricación más eficientes y sostenibles para ofrecer productos y servicios de alto valor añadido. En este sentido, si bien es cierto que la transformación de las industrias en organizaciones inteligentes se trata de un proceso de trabajo y actualización constante y no exento de complicaciones, por lo general, las compañías del País Vasco están concienciadas con esta necesidad.

El Basque Digital Innovation Hub (BDIH) es una red de infraestructuras de testeo y validación, plantas piloto y ‘know-how’ especializado en tecnologías 4.0 que cuenta con ocho nodos y 250 activos tecnológicos a disposición de las empresas

Ello ha generado un ecosistema en el que, como explica Aitor Alzaga, subdirector de Tecnología de Tekniker, “encontramos empresas usuarias muy sensibilizadas con la digitalización, proveedores que ofrecen un amplio espectro de productos y soluciones con la etiqueta de industria 4.0, centros tecnológicos y universidades con amplias capacidades, y una Administración que apoya iniciativas en este sentido”.
Sin embargo, aunque es relevante el grado de importancia que les dan las organizaciones a las tecnologías innovadoras, como factor de competitividad, la penetración de los avances tecnológicos más disruptivos en las empresas todavía “no es muy alto. Aún nos queda camino por recorrer, ya que nos encontramos con algunas barreras”.  

La automoción es uno de los sectores industriales punteros en innovación, ya que está 
introduciendo cada vez más tecnologías digitales en las cadenas de producción.

Así, el principal reto que afrontan las entidades proveedoras del territorio en el camino a la ‘smartización’ de las industrias es “la evolución de ‘proyecto 4.0’ a ‘producto 4.0’”. En este punto, Alzaga se refiere a tecnologías que van un paso más allá de la digitalización y que “incluyen  un cierto nivel de inteligencia en los procesos, soluciones, equipos...”, como los algoritmos de diagnóstico y predicción, la visión artificial con capacidad de aprendizaje, la robótica y la automatización flexible, o la fabricación aditiva de determinados materiales. Unas tecnologías que “están evolucionando de forma muy rápida y en las que hay implantaciones exitosas en muchas empresas”, pero en las que “es necesario seguir invirtiendo”.

Apoyo institucional
Para ello, el Gobierno vasco, con el fin de impulsar la competitividad del tejido industrial de la CAV mediante su transformación digital, pone a disposición de las empresas diversos programas de ayudas y subvenciones, como Industria Digitala, para proyectos de implantación de TEIC en sus cadenas de valor. Y para intensificar estos apoyos, el País Vasco cuenta, además, con el Basque Digital Innovation Hub (BDIH), una red de infraestructuras de testeo y validación, plantas piloto y ‘know-how’ especializado en fabricación aditiva, robótica flexible y colaborativa, ciberseguridad, máquinas inteligentes y conectadas, y materiales avanzados. En 2022, BDIH ha dado servicio a más de 100 empresas y ha concluido el ejercicio con ocho nodos y 250 activos tecnológicos a disposición de las empresas.
Por otro lado, el Ejecutivo promueve diversas herramientas para posicionar al territorio como punta de lanza de la transición tecnológico-digital, como la estrategia Basque Industry 4.0. Y en su visión de futuro, el Gobierno vasco también incluyó la industria inteligente como una área de especialización inteligente de la Estrategia RIS3 Euskadi, dentro del Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación 2030, en el que se evidenciaba que la industria vasca “siempre ha sabido adaptarse a los cambios tecnológicos y hoy está mejor preparada para afrontar los nuevos retos relacionados con la transformación digital”. Asimismo, el pasado año se definió el Plan de Desarrollo Industrial e Internacionalización 2021-24, una nueva herramienta para desarrollar una industria competitiva, con la transición tecnológico-digital, relacionada con la digitalización, la automatización y el acceso y utilización de los datos como palanca y elemento clave.

La fabricación avanzada y las tecnologías 4.0 están siendo clave para incrementar la competitividad de las compañías industriales

En este contexto, las empresas de los diferentes ámbitos sectoriales, guiadas por los correspondientes clústeres, evidencian su compromiso y concienciación con la necesidad de la incorporación de nuevas tecnologías disruptivas que les permitan seguir compitiendo en entornos cada vez más exigentes, sostenibles y requeridores de procesos productivos más eficientes e inteligentes. Para ello, las compañías de sectores con gran tradición y peso en el PIB industrial de la CAV, como la máquina-herramienta, automoción, ferrocarril, siderurgia, aeronáutica y naval, ya han comenzado a incorporar tecnologías entre las que destacan el 'machine learning', la inteligencia artificial, los gemelos digitales, el 'blockchain', la ciberseguridad o el 'big data' para optimizar los procesos y mejorar su competitividad. 

Máquina-herramienta
Así, como explica Naiara Zubizarreta, directora de Stech, nuevo colectivo creado este año por la asociación de Fabricantes de Máquinas-Herramienta (AFM) para apoyar a los negocios manufactureros en su camino hacia la implementación de tecnologías inteligentes en sus fábricas y procesos, “las empresas (del sector) son conscientes de que las tecnologías digitales en la industria son esenciales para continuar siendo competitivas”. Por ello, llevan años trabajando en su incorporación a los procesos productivos avanzados, desde “aplicaciones de monitorización de máquinas y procesos, hacia la metodología ‘machine learning’ (inteligencia artificial)”, e incorporando los gemelos digitales como una de las tecnologías recientes más destacadas tanto en la fase de diseño de las máquinas como en la fase de entrega a cliente. Asimismo, también han aparecido tecnologías relacionadas con la generación de nuevos modelos de negocio basados en el dato, como el ‘blockchain’ o la ciberseguridad aplicada al ecosistema industrial, “aspectos con los que las empresas están cada vez más ocupadas tanto en sus sistemas de gestión como en los propios procesos productivos”.

‘Big data’, ‘blockchain’, ciberseguridad, inteligencia artificial... se están erigiendo como tecnologías clave en la transición tecnológico-digital para llevar a cabo diversas tareas en toda la cadena de valor.

El sector invierte en I+D+i alrededor de un 6% de su facturación, siendo actualmente los proyectos más disruptivos los relacionados con la computación cuántica y la inteligencia artificial, ya que “la potencial aplicación de las mismas en el sector es enorme”, indica Zubizarreta. Por otro lado, admite que “existen dificultades a la hora de abordar la digitalización ligadas, sobre todo, a dos aspectos: la dificultad de valorar de forma cuantitativa el retorno de las inversiones realizadas y el tema cultural, ya que la digitalización conlleva cambiar la forma de trabajar en muchas fábricas”. Asimismo, las empresas asumen como grandes retos a corto plazo en el ámbito de la industria inteligente “el empleo de las herramientas digitales para conseguir una mejora ambiental y la incorporación de la economía circular, y la consolidación de modelos de negocio donde la servitización tenga un papel protagonista”. 

Automoción
El sector del automóvil es uno de los más competitivos y con mayor poder de tracción y desarrollo de conocimiento a nivel mundial. Es por ello que en los últimos años ha experimentado “un gran avance en materia de excelencia operacional, aplicando de manera sistemática principios de mejora continua, como las metodologías de trabajo Lean Six Sigma”, en su búsqueda de unas fábricas más inteligentes, con mayores niveles de anticipación y más digitales. En este sentido, Inés Anitua, directora general de Acicae, el Clúster de Automoción de Euskadi, apunta que “la fabricación avanzada y las tecnologías 4.0 están siendo clave para incrementar la competitividad de las compañías del sector” que, en el ámbito de la digitalización, han incorporado diversos sistemas innovadores de control de la producción, de monitorización para la ejecución de la producción y la supervisión de incidencias, o para el aseguramiento de la calidad. 

Existen retos a la hora de abordar la digitalización industrial, sobre todo, en dos aspectos: la dificultad de valorar el retorno de la inversión y el tema cultural

En esta línea, las firmas reconocen la tecnología como “un medio para cumplir con los requerimientos cada vez más exigentes” (reducción de tiempos de desarrollo y de costes, trazabilidad unitaria de los productos, optimización de la calidad...), por lo que surgen diferentes tecnologías que permiten seguir dando pasos cualitativos. Entre ellas, la generación de gemelos digitales para una planificación y gestión de la información más eficientes; técnicas basadas en ‘machine learning’ y ‘deep learning’ para la generación de modelos predictivos de procesos productivos o el mantenimiento de activos; el uso de la fabricación aditiva para los utillajes o series cortas personalizadas; la robótica colaborativa para la automatización de operaciones, o el uso de tecnologías ‘cloud computing’ y ‘big data’ para la generación de nuevos servicios de valor añadido.
Con todo, aunque el grado de penetración de las nuevas tecnologías en las compañías del sector es variable, la automoción es “la industria que más invierte en I+D a nivel europeo”, y las empresas ven “necesario seguir apostando y creciendo en este apartado, más en el contexto actual de transformación profunda del sector”. Así, la inversión en este área de las firmas de Euskadi es del 3,6% sobre la cifra de ventas.

Ferrocarril
En al ámbito ferroviario, como explica Garazi Carranza Ruiz de Loizaga, responsable del área de Innovación y Competitividad de la Asociación Ferroviaria Española, Mafex, “la crisis del covid puso de manifiesto la necesidad de acelerar el avance de las innovaciones tecnológicas”, lo que ha empujado a las compañías del sector hacia la digitalización, con el fin de “recuperar y construir una industria resistente y soberana”. Y para hacer frente a esta transición digital, la industria ferroviaria vasca ha introducido diversas tecnologías novedosas en sus procesos de producción que, “con la disponibilidad de datos como punto de partida, pueden beneficiar al ferrocarril en diferentes dominios: logística, seguridad y protección, entretenimiento a bordo, gestión de la energía o transporte multimodal; así como en procesos de producción más inteligentes hacia la fábrica del futuro”. 

El motor UltraFan de Rolls-Royce, en cuya turbina participa ITP Aero, es mucho más eficiente y se encuentra ya en su fase final de montaje.

De esta forma, el ferrocarril ha ido incorporando avances como el internet de las cosas, la inteligencia artificial, el ‘big data’, el ‘blockchain’ o la ciberseguridad, además de potenciar sus conocimientos en los ámbitos de la realidad virtual -aumentada y mixta- que, según la experta, “podrían utilizarse para optimizar el mantenimiento de las instalaciones industriales bajo un punto de vista de la industria 4.0”. Pero el mayor reto que enfrenta el sector es “la adaptación de las cadenas de suministro a la nueva realidad”, apartado en el que destaca la necesidad de flexibilizar las cadenas e incorporar nuevos productos, así como “la apuesta por modelos de planificación digitalizados y colaborativos”. Si bien antes de la pandemia ya se habían incorporado elementos disruptivos que invitaban a repensar las cadenas de suministro, como la robotización, Carranza Ruiz de Loizaga reconoce que “el covid ha servido como elemento catalizador para un cambio de paradigma” en el que destaca cinco elementos sobre los cuales pivotar para abordar la transición: mayor flexibilidad, digitalización, resiliencia, reindustrialización y reducción de la globalización. 

Siderurgia
Por su parte, las empresas siderúrgicas “están realizando fuertes inversiones tanto en recursos humanos como en económicos” en el ámbito de la industria inteligente, indica Asier San Millán, director del Clúster de Siderurgia de Euskadi, Siderex, en busca de nuevos aceros más ligeros, más resistentes a la corrosión o con mejores propiedades mecánicas, así como con el fin de mejorar la producción, la gestión de las paradas de mantenimiento o la mejora de su cadena de suministro.
Una vez más, una evolución que debía haberse desarrollado de forma natural ha sido acelerada por la pandemia, y las nuevas tecnologías “están en las hojas de ruta de las empresas para ser más ágiles en la toma de decisiones y buscar una mayor eficiencia en sus operaciones ahorrando tiempos y recursos”. Para ello, las principales líneas de investigación de las entidades se dirigen “a las tecnologías dedicadas a la investigación de sistemas integrales de digitalización y supervisión de procesos en grandes infraestructuras para el control de flujos y trazabilidad inteligente del stock”.

Los diferentes Pertes están sirviendo a los sectores industriales para introducir las últimas novedades tecnológicas

Por otro lado, las firmas del sector abordan la necesidad de introducir perfiles especializados al mercado laboral y de evolucionar hacia productos de alto valor añadido con la obtención y la interpretación del dato como “un elemento diferenciador y motor de crecimiento que debe estar cada vez más presente”, admite San Millán. Asimismo, destaca que la siderurgia es  “uno de los protagonistas en la lucha contra el cambio climático y en la transición energética hacia una economía descarbonizada”, por lo que el aspecto medioambiental está siendo una de las bases en la actividad de las empresas del sector en los últimos años, con el ecodiseño como eje para mejorar la recuperación de las chatarras y su reciclaje.

Aeronáutica
El sector aeroespacial también aborda los retos de futuro con el fin de fabricar aeronaves más sostenibles, eficientes y respetuosas a través de la introducción de técnicas innovadoras en sus procesos. Para ello, el sector cuenta, desde hace cinco años, con el Centro de Fabricación Avanzada Aeronáutica (CFAA), que se ha convertido en punta de lanza del desarrollo tecnológico en materias como el mecanizado, fresado, torneado, taladrado de aleaciones y componentes, así como la fabricación aditiva. Trabaja en numerosos proyectos relacionados con la introducción de biocombustibles o con los nuevos materiales para conseguir aeronaves más eficientes y sostenibles, como el nuevo programa Clean Aviation, el principal en torno a la investigación e innovación en la materia de la Unión Europea del que ITP Aero es socio fundador. Recientemente la UE decidió financiar con más de 700 millones de euros 20 proyectos enmarcados en esta iniciativa que permitirá a la compañía y a sus socios acelerar el desarrollo de sistemas de propulsión sostenibles en el sector.

Satlantis ha pasado de fabricar microcámaras para observación terrestre desde el espacio a minisatélites.

Con el fin de conducir a la industria hacia sistemas cero emisiones netas, así como la ambición de situar al país a la vanguardia aeroespacial, el Gobierno español también destinará 4.533 millones de euros hasta 2025 al Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (Perte) Aeroespacial.
En este campo de la aviación eficiente, la compañía sueca de aviones eléctricos Heart Aerospace, ha seleccionado a Aernnova, empresa aeroespacial vitoriana especializada en el diseño, fabricación y mantenimiento de estructuras y componentes de aviones, para codiseñar la estructura del nuevo avión ES-19, una nave totalmente eléctrica diseñada para albergar 19 pasajeros en rutas regionales de corta distancia. La aeronave entrará en servicio en 2026.
Aernnova, que tiene una amplia experiencia en ingeniería y un ‘know-how’ adquirido al haber participado en múltiples proyectos aeroespaciales de alta complejidad, trabajará con los ingenieros de Heart Aerospace en el diseño del ala, el fuselaje y el empenaje (estabilizadores de cola) del avión
Asimismo, el Perte Aeroespacial cuenta con un área destinada al ámbito espacial, cuyo principal propósito es acelerar los trabajos para la creación de una Agencia Espacial Española, que se espera esté operativa en 2023 con un presupuesto inicial de 500 millones de euros. Euskadi, que cuenta con un ecosistema potente a nivel nacional en esta materia, ya ha presentado su candidatura para albergar la infraestructura, que trabajará de forma conjunta con la Agencia Espacial Europea (ESA) y se encargará de coordinar distintos organismos nacionales y unificar la colaboración internacional en torno a la investigación e innovación en el sector. Y es que, más de 70 satélites y vehículos espaciales llevan tecnología vasca, un numero que se incrementa cada año, y el sector ha triplicado su valor y duplicado el número de empresas que dedican su actividad al ámbito espacial en los últimos diez años, cuando su volumen de negocio se situaba en los 18,4 millones de euros. Un campo en el que la firma Satlantis, por ejemplo, ha dado un salto importante al pasar de poner en el espacio minicámaras para la observación terrestre a construir satélites completos para la observación de la tierra y del espacio profundo

Industria naval
Por último, la industria naval avanza en la introducción de la innovación y el alto valor añadido como ejes de su actividad para convertir al sector en referente en el diseño y construcción de buques preparados para la utilización del hidrógeno como combustible. Cabe destacar que Euskadi es la comunidad que más ayudas ha recibido del Gobierno español para impulsar iniciativas innovadoras en el sector naval desde 2017, con un total de 11,7 millones, para la integración y transformación de su cadena de valor aprovechando las oportunidades vigentes en energías marinas procedentes de fuentes renovables, la digitalización y automatización o la continua mejora de la sostenibilidad de sus productos y procesos productivos.
De esta forma, la innovación se ha convertido en el factor diferencial en la actividad de los astilleros vascos, que actualmente se centra en la construcción de buques pesqueros tecnológicamente avanzados hechos a medida, con una fuerte influencia del aspecto sostenible y medioambiental (combustibles de cero emisiones, incorporación de la economía circular en los procesos, etc.). Destaca así en los últimos años, entre otros, la producción de buques para el suministro de 'bunkering' de petróleo y gas natural licuado (GNL), buques oceanográficos y bulkcarriers o buques para el mercado del offshore wind, que incorporan la posibilidad del hidrógeno o GNL en su propulsión.
De hecho, el GNL se postula como una alternativa cada vez más valorada por los armadores como combustible en el transporte marítimos. En este sentido, Repsol ha apostado por este vector y, desde 2014, ha suministrado más de 3.500 m3 de este combustible a más de 16 buques, siendo uno de los últimos el ferry que da servicio entre el Puerto de Bilbao y el de Portsmouth, el buque Salamanca de la naviera Brittany Ferries, para lo se ha instalado un tanque criogénico con una capacidad de almacenamiento de 1.000 metros cúbicos que permite mantener el gas natural en estado líquido a -160 grados.
Por su parte, el Foro Marítimo Vasco (FMV) ha promovido los proyectos H2Ocean y Hyshore, para orientar al sector hacia las tecnologías del hidrógeno y alcanzar una posición de liderazgo en su transporte desde los puntos de producción en la mar hasta la costa, en el suministro de buque a buque y en el desarrollo de motores y equipos marinos que consuman hidrogeno. A través del proyecto H2Ocean se llevarán a cabo los trabajos necesarios para desarrollar una nueva generación de buques sostenibles, basados en una propulsión verde, así como en la digitalización y optimización de la fabricación en el transporte marítimo; mientras que Hyshore investigará y desarrollará soluciones para el transporte, logística y distribución de hidrogeno generado en parques eólicos 'offshore'. Ambos proyectos, liderados por Astilleros Murueta y Boslan Ingeniería, respectivamente, aglutinan a casi una treintena de organizaciones del País Vasco. 

Industria 5.0: La quinta revolución industrial ya ha llegado

Tras evolucionar en los últimos años de la manufactura avanzada a la industria 4.0, y de ella a la 

industria inteligente, las empresas de Euskadi avanzan hacia la industria 5.0, un concepto que, aunque aún de forma incipiente, ya está en marcha, en lo que supondrá la quinta revolución industrial que obligará a las empresas y a las personas a enfrentar nuevos retos. Se trata, como explica Aitor Alzaga, subdirector de Tecnología en Tekniker, de una concepción de la industria asociada “al protagonismo de las personas y la sostenibilidad social, en términos medioambientales, así como a la resiliencia, considerada como la capacidad de adaptarse a los cambios de forma rápida”, en el que se espera un desarrollo relevante en tecnologías asociadas a la circularidad, refabricación, reciclado de materiales o integración de energías renovables en los procesos. Respecto a su implantación por sectores, Naiara Zubizarreta explica que “el paradigma detrás del mismo lleva años en boca de todos, pero el concepto industria 5.0 solo viene a poner nombre a una inquietud que ya existía y con la que la máquina-herramienta está concienciada”. Por su parte, el sector de automoción, según Inés Anitua, “ya aborda estos retos mejorando la eficiencia de los recursos, atrayendo talento y adaptando la formación a las evoluciones requeridas”, como principales acciones. En última instancia, esta nueva etapa “llega en un momento prefecto para una industria que necesita reinventarse”, la siderurgia, afirma Asier San Millán, y que ya “asume los desafíos para actuar como la palanca de cambio que es y que ha sido a lo largo de la historia”.

Grupos de pilotaje, colaboración para permanecer en la vanguardia tecnológica

El compromiso de la industria con el desarrollo tecnológico en fabricación avanzada 

es crucial para mantener la competitividad en entornos cada vez más exigentes y para asegurar el posicionamiento en nichos de mercado con mayor valor añadido, también en el ámbito internacional. Es por ello que, con el fin de desplegar la Estrategia Basque Industry 4.0, el Gobierno vasco promovió un espacio de colaboración público-privado, un grupo de pilotaje con la presencia de diferentes agentes (administraciones públicas, organizaciones empresariales, agentes científico-tecnológicos, agentes singulares. etc.), para diseñar, desarrollar e implantar conjuntamente actuaciones que contribuyen a la transformación del tejido industrial vasco. De esta forma, el grupo de pilotaje asume la tarea de liderar la implementación de la estrategia Basque Industry 4.0, impulsada por el Departamento de Desarrollo Económico e Infraestructuras del Gobierno vasco, con el objetivo de definir y poner en marcha un plan ordenado de actuaciones orientadas a dar respuesta en el corto y medio plazo a las prioridades tecnológicas, de negocio, organización y desarrollo de talento establecidas por los sectores industriales tractores en Euskadi. Concretamente, las áreas tecnológicas en las que se enfoca el grupo de pilotaje son los materiales y procesos avanzados (nanomateriales o fabricación automatizada, por ejemplo), sistemas de fabricación flexibles, inteligentes y eficientes (cadena de suministro inteligente, máquinas híbridas multitarea, programación intuitiva y multimodal...); fábricas conectadas digitalmente (servicios de datos en tiempo real, fábrica virtual, mantenimiento predictivo o trazabilidad unitaria), y eficiencia energética (sistemas de gestión y recuperación energética y monitorización del consumo).

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