GUÍA DE LA INNOVACIÓN EN EL PAÍS VASCO 2023 “La industria vasca es un modelo en materia de eficiencia energética”, Iñigo Ansola, director general del Ente Vasco de la Energía

Iñigo Ansola, director general del Ente Vasco de la Energía

Hace justo un año, el Ente Vasco de la Energía (EVE) celebraba su 40 aniversario, cuarenta años siendo garante de que los proyectos del ámbito energético prosperen en Euskadi, donde, a través de los mismos, ha logrado reducir en más de un 50% el consumo de energía en estas cuatro décadas. Para seguir en esta línea, el director general de la entidad, Iñigo Ansola, advierte de la necesidad de “abastecernos mediante fuentes autóctonas y bajo emisivas”, con el objetivo de reducir la dependencia energética de terceros países, lo que “hemos comprobado de manera directa que es fuente de gran inestabilidad económica y que pone en riesgo nuestro bienestar”. Para ello, destaca que el EVE destina 300 millones de euros a ayudas de eficiencia energética e implantación de renovables, así como la Estrategia Energética 2030, el Plan Territorial Sectorial de Energías Renovables –que “se espera aprobar definitivamente en 2024”-, el papel de centros como BiMEP, CIC energiGUNE o Basquevolt, y proyectos como el Corredor Vasco del Hidrógeno, impulsado por Petronor, o el aerogenerador de Saitec. Asimismo, para dar respuesta a esta problemática, Euskadi puso en marcha el Plan de Contingencia en 2022, a raíz del conflicto bélico en Ucrania, el catalizador definitivo de un proceso que se ha tornado imperativo para avanzar hacia un futuro energético más sostenible.

¿Qué balance hace de los resultados del Plan de Contingencia?
En Euskadi, y en los países de nuestro entorno, hemos comprobado de manera directa cómo la dependencia energética de terceros países es fuente de gran inestabilidad económica que pone en riesgo nuestro bienestar. Una visión de la realidad del sistema energético que nos impacta de forma muy palpable en nuestro día a día y que refuerza, más si cabe, la labor que el Ente Vasco de la Energía lleva desarrollando desde su creación. Me refiero a la introducción de los máximos estándares de eficiencia energética en todos los sectores consumidores. Gracias a ello Euskadi no ha partido de cero sino que ya había logrado una reducción del consumo equivalente al 52% de la demanda energética actual. Esto ha permitido una mayor resiliencia ante una coyuntura excepcionalmente adversa como la vivida. En este contexto, hace ya más de un año que actuamos para paliar los efectos negativos de la escalada de precios energéticos a través del Plan de Contingencia, en el que se establecieron importantes medidas de ahorro para Administraciones Públicas, empresas y también para el conjunto de la sociedad. Creo que los resultados han sido muy positivos y los datos así lo atestiguan, ya que se redujo el consumo de gas un 26,43%, el de energía eléctrica cerca de un 2,46% y el de carburantes un 4,55%. Creo que es muy importante destacar que el éxito de las medidas viene, en gran medida, por la excepcional colaboración que los diferentes agentes que realizaron aportaciones y sugerencias de gran valor que han contribuido a una mejor aplicación del plan y a una implicación modélica de todos ellos.

¿Debemos seguir tomando medidas al respecto? 
Sin duda. La necesidad de reducir la dependencia energética y de abastecernos cada vez más mediante fuentes autóctonas y bajo emisivas siguen plenamente vigentes. Trabajamos en múltiples proyectos para aumentar la generación eléctrica renovable, tanto a través de nuestra participación en instalaciones solares y eólicas, como con la gestión de programas de ayudas que cuentan con las mayores dotaciones económicas gestionadas hasta la fecha por el EVE. A modo de ejemplo, dedicamos 300 millones de euros en ayudas a la eficiencia y las renovables, y solamente para el ámbito del autoconsumo contamos con cerca de 80 millones de euros que están facilitando tanto a empresas como a particulares acceder a una producción eléctrica propia para abastecer sus necesidades mediante renovables y reducir así el consumo de fuentes fósiles. 

¿Está preparado el País Vasco para alcanzar los objetivos energéticos que se ha propuesto? ¿Cuáles son los ejes de la estrategia energética para lograrlo?
Las políticas energéticas tienen un recorrido de largo plazo, y siguen plenamente vigentes en la actualidad las líneas de trabajo que se establecieron a principios de los años 80 del siglo pasado para hacer frente a una reconversión total de nuestro modelo industrial. Eficiencia energética y ahorro en todos los sectores consumidores es el principal pilar, seguido de una paulatina descarbonización del mix energético a través de una mayor diversificación de fuentes de energía y una creciente producción energética mediante tecnologías renovables, que sería la fase en la que nos encontramos ahora. Antes mencionaba el nivel de ahorro alcanzado por Euskadi en estos años, pero me gustaría destacar específicamente que, en materia de eficiencia, la industria vasca es un modelo. Ha trabajado muy intensamente en mejorar sus instalaciones consumidoras para hacerlas cada vez más eficientes y competitivas, y es significativa la cantidad de proyectos que en materia de eficiencia se han presentado históricamente a los programas de ayuda del EVE. Euskadi es un territorio pequeño por lo que nuestra capacidad de despliegue de renovables, que requieren precisamente de espacio para su implantación, también es limitada. Aun así, debemos seguir trabajando para alcanzar entre todos el consenso necesario para activar los proyectos renovables que tanto necesitamos, y seguir la senda de inversión en materia de eficiencia energética. Con ello, junto a las importaciones de energía renovable, podremos alcanzar los objetivos. No es tarea sencilla, pero hemos puesto todo nuestro empeño en que así sea.

A nivel sectorial, ¿en qué ámbitos pone el foco la estrategia?
Junto a los objetivos para poner al sistema energético vasco en la senda de la Transición Energética, la Estrategia Energética al 2030 también contempla estos retos energéticos como una oportunidad para el desarrollo tecnológico e industrial. Para ello prioriza hasta ocho áreas de desarrollo imprescindibles para la transición, en las que la industria vasca es líder o bien tiene una posición muy destacada. Se trata de la movilidad eléctrica, el almacenamiento, de las energías renovables marinas, de la eólica o de la fotovoltaica, entre otras.

EUSKADI HA REDUCIDO EL CONSUMO DE GAS EN UN 26%, EL DE LA ELECTRICIDAD EN UN 2,5% Y EL DE LOS 
CARBURANTES EN UN 4,5% EN EL ÚLTIMO AÑO”

¿Cuál es el estado de la actividad innovadora de las empresas vascas del sector energético?
Euskadi se sitúa entre las regiones europeas más innovadoras. Y no es algo que afirmemos nosotros, sino que así se refleja en los indicadores europeos de innovación regional en los que Euskadi es considerada una región de alta innovación, y es la comunidad autónoma mejor posicionada del Estado. Bajo mi punto de vista, la labor en materia de almacenamiento energético que desarrollan centros tecnológicos como el CIC energiGUNE, así como los desarrollos que en energía eólica flotante estamos viendo recientemente, son un claro exponente de esta clasificación. Varias empresas vascas están trabajando activamente en desarrollos marinos, y tenemos el ejemplo de la empresa tecnológica vasca Saitec, que ha instalado un aerogenerador flotante en aguas de Armintza para realizar pruebas y ensayos durante dos años, el primero de estas características en el Estado. BiMEP, el centro de ensayos de energías marinas en el que el EVE es el socio mayoritario, va a acoger otros ensayos muy prometedores en los próximos años, y es esperanzador ver crecer este nuevo sector que tiene grandes posibilidades de futuro. Asimismo, no querría olvidar los desarrollos en materia de hidrógeno renovable, tan importante para la descarbonización de ciertos sectores industriales y del transporte pesado, de los que tenemos ya ejemplos destacados de la mano de Petronor.

¿En qué situación se encuentra el PTS de energías renovables?
El Plan Territorial Sectorial de las Energías Renovables es un documento estratégico en el que tiene una gran importancia la participación de los diferentes agentes sociales así como de la ciudadanía en general. Tras la aprobación inicial del mismo y del Estudio Ambiental Estratégico en mayo de este año, se ha obtenido una excelente participación a través de cerca de 4.500 aportaciones, que se encuentran en proceso de análisis y valoración para su inclusión en los documentos. Posteriormente, se seguirá con la tramitación administrativa para la aprobación definitiva, que se espera se realice a lo largo del año 2024.

¿Cuándo empezarán a influir estos proyectos dentro del ‘mix’ energético vasco?
Cuando decimos que Euskadi es pequeño y muy intenso en el consumo de energía esto tiene importantes implicaciones en el mix energético. Para que nos hagamos una idea, cambiar un solo punto porcentual de la participación de las renovables en el mix debemos alcanzar muy elevadas cotas de eficiencia energética. Y en cuanto a generación renovable, el equivalente de ese punto porcentual sería una potencia instalada solar fotovoltaica adicional de más de 500MW. Son cifras muy importantes y que debemos considerar para poder evaluar con acierto a la realidad de nuestro sistema energético y los cambios que debemos realizar entre todos para conseguir alcanzar los objetivos tremendamente ambiciosos que nos hemos establecido.

¿Se cumplirá entonces el objetivo de llegar a 2030 con un peso del 21% de renovables?
Si somos capaces de generar el consenso necesario para asumir las necesidades de energía que tiene nuestra sociedad y poner en marcha proyectos renovables de toda índole, desde pequeños aprovechamientos de autoconsumo hasta instalaciones de mayor tamaño que puedan abastecer a la industria y a grandes núcleos urbanos, creo que estaremos en la senda correcta para alcanzar estos objetivos. 

Euskadi ya genera hidrógeno verde con la puesta en marcha del electrolizador de Petronor, como comentaba. ¿Qué papel jugará este nuevo vector en el mix energético del territorio?
El hidrógeno puede jugar un papel muy importante en la descarbonización del sistema energético gracias a su capacidad para actuar en sectores de difícil electrificación. Así lo entendemos desde la Administración y nos hemos dotado de una estrategia específica para su despliegue. La industria vasca no es ajena a esta oportunidad y ha apostado por trabajar muy seriamente en este sentido dentro del Corredor Vasco del Hidrógeno, con ejemplos en cerca de 50 proyectos en los que participan alrededor de 100 empresas, instituciones y centros de investigación. Unos proyectos de gran importancia en toda la cadena de valor y que incluyen una capacidad de electrólisis de 130 MW, tuberías de abastecimiento de hidrógeno, consumo de hidrógeno mezclado con otras fuentes convencionales, y proyectos de I+D en el desarrollo de autobuses y trenes, entre otros muchos.

En materia de almacenamiento, Basquevolt prevé tener para final de año su primera línea de prototipos a pleno funcionamiento, un “primer hito clave”. ¿Se cumplirán el resto de hitos en los plazos anunciados?
Esperemos que así sea. Desde luego se están poniendo los cimientos para que Basquevolt sea un caso de éxito y posicione a Euskadi a nivel mundial en el sector del almacenamiento eléctrico gracias a la tecnología que se está desarrollando con este proyecto.

¿Qué más retos afronta Euskadi para alcanzar el objetivo europeo de terminar con los coches de combustión para 2035?
Un reto para la movilidad eléctrica es lograr formar y sensibilizar a las personas potencialmente usuarias de forma que se animen a dar el paso hacia esta nueva tecnología, y me refiero tanto a la ciudadanía en general como a empresas con flotas de vehículos, de forma que el parque móvil de Euskadi sea electrificado paulatinamente. Afortunadamente, el mercado de vehículos eléctricos es cada vez mayor y esto ayuda a un mayor conocimiento para comprar un nuevo vehículo, así como las ayudas disponibles desde el EVE, que ya han recogido más de 8.100 expedientes de solicitud de ayuda con un total 29 millones de euros adjudicados. A esto se le suma el disponer de una infraestructura de recarga pública lo suficientemente densa, algo en lo que se ha trabajado mucho y que supone que ya tengamos cerca de 160 puntos de recarga. En los próximos dos años se espera que se alcancen 250 puntos de recarga adicionales. Junto a ello, debemos ser capaces de aprovechar las oportunidades que brinda la movilidad eléctrica en relación al desarrollo tecnológico, la generación de conocimiento y productos en toda la cadena de valor.

LA MOCHILA

1. La eficiencia. 

2. Las nuevas energías alternativas.

3. Y el almacenamiento energético. Creo que además de ser las claves del futuro del sistema energético, Euskadi va a tener mucho que aportar en cada una de ellas, principalmente gracias a la excelente red de conocimiento con la que nos hemos dotado, desde la formación en las universidades hasta los centros tecnológicos, de investigación y las industrias, que han puesto el foco de su trabajo en estos
elementos.

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