Formación empresarial, una inversión que exige retornos

Cuando se trata de formación empresarial, los procesos de outsourcing o externalización de servicios son habituales a la hora de impartir el conocimiento. De hecho, el 39,5% de las empresas recurre a servicios profesionales externos a la hora de contratar la formación de sus empleados, acudiendo bien a las universidades y escuelas de negocios o a centros de formación especializados en las distintas materias requeridas.
Esto ha obligado a las propias empresas y centros de formación a una adaptación permanente tanto de sus instalaciones como de las metodologías utilizadas, del profesorado, de una oferta formativa, actualizada, etc. para estar en todo momento en parámetros de calidad y competitividad. Y es que la responsabilidad de las empresas y de sus socios es garantizar que cada hora que destina un trabajador a formarse repercuta de forma exponencial en la cuenta de resultados.
Sin embargo, una de las asignaturas pendientes en el campo formativo es la manera en que se cuantifica el retorno de la formación ya que según ha constatado la firma Adecco Training, los métodos y herramientas de medición se manifiestan como claramente deficitarios.
Una encuesta publicada el pasado año revela que el 63,8% de las empresas se preocupa por conocer el retorno de la formación impartida a sus trabajadores, frente al 36,2% que no lo hace. Un 54% utiliza encuestas de satisfacción al alumno al final de cada acción formativa como fórmula para medir el retorno de la inversión en formación, frente al 28,7% que utiliza el feedback de mandos o el 9% que emplea herramientas de seguimiento personalizadas.

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